Constelación

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Una constelación es una agrupación de estrellas cuya proximidad en el firmamento dio pie a que las antiguas civilizaciones decidieran conectarlas entre sí usando líneas imaginarias, dibujando figuras en el cielo, que con frecuencia hacían referencia a personajes mitológicos.

Sin embargo, en una representación tridimensional del espacio, las estrellas de una misma constelación no sólo no estarían localmente asociadas, sino que lo más probable es que lleguen a estar a cientos de años luz unas de otras.

Asimismo, dichos grupos son completamente arbitrarios, ya que distintas culturas han ideado constelaciones diferentes, incluso vinculando las mismas estrellas.

Hay constelaciones muy antiguas, concebidas muchos siglos atrás por los pueblos que habitaban las regiones del Medio Oriente y el Mediterráneo. Otras, en cambio, nacieron en épocas más recientes, con los viajes de los navegantes europeos a tierras de los mares del sur, hasta entonces desconocidas (aunque los pueblos que habitaban las regiones australes ya habían nombrado sus propias constelaciones).

Así, se acostumbra a separar las constelaciones en dos grupos, dependiendo el hemisferio celeste en el que se encuentren:

  • constelaciones septentrionales: las ubicadas al norte del ecuador celeste.
  • constelaciones australes: las situadas al sur.

Desde 1928, en que la Unión Astronómica Internacional (UAI) decidió reagrupar oficialmente la esfera celeste en 88 constelaciones con límites precisos. Todo punto en el cielo queda dentro de los límites de alguna figura.

De este modo, los astrónomos rellenaron los huecos existentes entre las constelaciones clásicas con otras formadas por estrellas menos brillantes, las cuales recibieron nombres relacionados con la ciencia y la técnica (Telescopio, Microscopio...) o con la fauna exótica descubierta en los nuevos continentes (Tucán).

Las constelaciones en la ciencia ficción

A pesar de que en el espacio, y a medida que el observador se distancia de la Tierra, las constelaciones pierden su forma, son muchas las historias de ciencia ficción en las que las constelaciones conocidas siguen estando presentes. No obstante, también abundan las obras literarias y fílmicas en las que aparecen nuevas constelaciones inventadas.

También las señales de vida extraterrestre que llegan a nuestro planeta suelen identificarse por la constelación de procedencia (como vemos en la novela Contact, de Carl Sagan).

Y es habitual que las naves espaciales reciban nombres de constelaciones: Pegasus, Orión... aunque esto, igualmente, puede hacer referencia al personaje mitológico que dio nombre a la agrupación.

Un error relativamente corriente en las obras de ciencia ficción de autores poco informados consiste en suponer que las constelaciones conservan su aspecto vistas desde cualquier punto del espacio, lo que obviamente no es cierto.

Un segundo error, menos evidente, consiste en creer que el aspecto de una constelación concreta es estable en el tiempo, lo cual tampoco es cierto. El aspecto del cielo en la Tierra varía sutilmente con el paso de los siglos debido a causas diversas, como el movimiento relativo entre las estrellas debidas, entre otros motivos, a la rotación de los brazos galácticos o el movimiento del Sistema Solar respecto a otras estrellas.

Otros autores, sin embargo, han tenido estas características muy en cuenta e incluso las han utilizado para ambientar sus relatos e incluso como partefundamental de una trama, como es el caso de la búsqueda de la Tierra por parte de la Fundación en la saga de Isaac Asimov, o la búsqueda también de la Tierra por parte de la flota colonial en Galáctica (2003).