El pasado muerto

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El pasado muerto
Autor: Isaac Asimov
Otros títulos: El pasado ha muerto
Datos de primera publicación(1):
Título original: The Dead Past
Revista o libro: Astounding Science Fiction
Editorial: Street & Smith Publications, Inc.
Fecha Abril de 1956
Publicación en español:
Publicaciones(2): Con la Tierra nos basta
Otros datos:
Saga: Multivac
Premios obtenidos: Encuesta Locus 1999
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación Ficha
ISFDB Ficha
Otras fuentes  

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Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Isaac Asimov (1956)

En un futuro indeterminado, la ciencia es férreamente dirigida en sus investigaciones por el gobierno, guiados por Multivac. En principio, se trata de realizar la optimización de recursos, impidiendo que los científicos se aparten de su especialidad en investigaciones banales.

Pero pronto al lector se le van mostrando preocupantes datos que recuerdan a otras novelas donde el conocimiento es cuidadosamente mantenido fuera del alcance del pueblo (1984, Fahrenheit 451). La especialización es tan alta que ningún científico sabe apenas nada de un campo diferente del suyo, la injerencia en otros campos distintos a los de su especialización es observada como una perniciosa anarquía, una falta ética grave y en algunos casos incluso un delito.

En este ambiente, un historiador solicita repetidamente acceso al cronoscopio, un aparato que permite observar el pasado mediante la aplicación práctica de la neutrínica. Su solicitud es siempre denegada y al frustración del historiador le incita a indagar el porqué de esta negativa. Y llega a la conclusión de que el gobierno está impidiendo deliberadamente la investigación con cronoscopia, valiéndose entre otras cosas de una especialización tal que nadie ha vuelto a realizar un avance en neutrínica desde hace 50 años, donde incluso esta ciencia ha desaparecido de la enseñanza en la universidad...

Base científica y especulativa:

En 1956, cuando Asimov escribió el relato, el neutrino era una partícula muy misteriosa y elusiva. La imaginación del Gran Maestro le llevó a la idea de que el neutrino no sólo viajaba a través del espacio sin apenas interactuar con la materia, sino que también lo hacía a través del tiempo. Neutrinos provenientes del pasado podían ser captados e interpretados para formar imágenes, e incluso sonidos, como una televisión. Una idea sugerente, pero poco probable.

Diferente son las implicaciones en torno a las que Asimov diserta en los párrafos finales. Una televisión del tiempo puede parecer un instrumento tremendamente atractivo para resolver los misterios ocultos en el pasado, pero también esconde tremendos peligros para la sociedad actual.

El resultado:

La primera mitad del relato, centrado en el ambiente de paranoia creado por el Gobierno en torno a las investigaciones ilícitas y en la presentación de los diversos protagonistas tiene un ritmo y una calidad que obligan a reconocer la maestría de Asimov en el formato corto.

Sin embargo, la segunda parte, desarrollada mediante monólogos que exponen a través de los personajes las especulaciones del autor, es mucho más artificial a pesar de que las disertaciones sean interesantes. El ritmo se vuelve precipitado y termina nefastamente en un final apresurado y excesivamente benevolente con las manipulaciones del Gobierno.

Posiblemente este incómodo cambio de ritmo y estilo sea consecuencia de la necesidad de adaptar la historia a una longitud determinada. De ser así, es una lástima que los editores no concedieran al Doctor A cinco mil palabras extra.

Premios: