El planeta de los parásitos

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El planeta de los parásitos
Autor: Stanley G. Weinbaum
Otros títulos:
Datos de primera publicación(1):
Título original: Parasite planet
Revista o libro: Astounding Stories
Editorial: Se desconoce
Fecha Febrero de 1935
Publicación en español:
Publicaciones(2): La edad de oro de la ciencia ficción
Otros datos:
Saga:
Premios obtenidos:
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación Ficha
ISFDB Ficha
Otras fuentes  
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Stanley G. Weinbaum (1935)

Se trata de un magnífico relato que, sin embargo, tiene un final demasiado brusco y forzado.

El escenario:

Se basa en datos que entonces se creían ciertos de Venus para recrear formas de vida muy distintas a las que tenemos en la Tierra. De esta forma, la imaginación de Weinbaum se dispara.

Imagina que en un mundo con su rotación sincronizada con la traslación las estaciones no se deben a la inclinación axial, sino a la libración; imagina un infierno en la parte soleada y barreras de hielo en la parte de sombra; describe las terribles condiciones de la zona de transición; imagina para esta zona ríos procedentes de la fusión de las barreras de hielo, ríos que al llegar a la zona soleada se evaporan; imagina que el agua de estos ríos viaja en los vientos de convección en forma de humedad para precipitar en forma de lluvia al rebasar la línea del terminador...

En estas terribles condiciones recrea formas de vida más semejantes a hongos que a nuestras plantas o animales. El aire es irrespirable, no por el calor o por su composición, sino por las esporas que transporta, esporas que pueden matar a un hombre en pocas horas infestando sus fosas nasales y pulmones de hongos y moho. Imagina árboles capaces de atrapar a sus víctimas mediante zarcillos, y que estos árboles pueden ser muertos con tan sólo agujerear su corteza: una vez que la savia fluya al exterior los hongos devorarán al árbol.

En este mundo tan hostil la peor forma de vida son los "pegajosos":

"(...) Pegajoso, nombre que recibe esa criatura en el Venus británico y norteamericano. En la zona francesa lo llaman pot à colle, es decir, bote de pegamento; en la zona holandesa... bien, los holandeses no son remilgados y llaman a ese monstruo como creen que se merece."

Estos pegajosos son una especie de plasta que repta buscando comida y devorando todo a su paso. No tiene ningún tipo de organización interna, es sólo un montón de células que crecen hacia donde hay comida y que pueden dividirse si es necesario. Su tamaño varía desde el unicelular hasta "individuos" de varias toneladas. La voracidad de las células que lo componen es tal que, si se queda aislado sin comida en ninguna dirección, se devora a sí mismo.

La trama:

La trama es la mínima necesaria para justificar el escenario: Ham es un contrabandista que se ve obligado a huir cuando su cabaña se hunde en el lodo. Durante su viaje se encuentra con la hija de uno de los primeros exploradores de Venus, ya fallecido. Sin embargo, aunque la cabaña de ésta está asentada en roca firme, es atacada por un pegajoso, por lo que los dos deben huir a pie a través de Venus hasta una colonia cercana.

Como ya se ha dicho, el final es brusco e inadecuado (al menos hoy en día, quizá no tanto en los años '30), dejando un mal sabor de boca en un relato, por lo demás, sorprendente e imaginativo.