Diferencia entre revisiones de «Ciencia ficción»

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Por otra parte, hay que reconocer que parte de culpa la tienen también algunos [[Fandom|aficionados]]: por una parte aquellos a los que ''les gusta'' ser calificados de ''undeground'' por la imagen de mentalidad y estilo alternativos que ofrece esta etiqueta; por otra, aquellos que proyectan una imagen poco seria del género vistiéndose en convenciones como los personajes de sus series o cómics favoritos (generalmente los más alejados de la ciencia ficción especulativa, la más interesante) y que, por ser aquellos en quienes que más se fijan los medios, son quienes acaban dando la imagen que el género proyecta entre quienes lo desconocen.  
 
Por otra parte, hay que reconocer que parte de culpa la tienen también algunos [[Fandom|aficionados]]: por una parte aquellos a los que ''les gusta'' ser calificados de ''undeground'' por la imagen de mentalidad y estilo alternativos que ofrece esta etiqueta; por otra, aquellos que proyectan una imagen poco seria del género vistiéndose en convenciones como los personajes de sus series o cómics favoritos (generalmente los más alejados de la ciencia ficción especulativa, la más interesante) y que, por ser aquellos en quienes que más se fijan los medios, son quienes acaban dando la imagen que el género proyecta entre quienes lo desconocen.  
  
Cabe preguntarse qué puede hacerse para revertir esa mala imagen cuando estos son un parte importante de los aficionados a la ciencia ficción, o cómo puede ser posible convencer al ''mainstream' y al público en general de que la ciencia ficción es algo mucho más amplio.
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Cabe preguntarse qué puede hacerse para revertir esa mala imagen cuando estos son un parte importante de los aficionados a la ciencia ficción, o cómo puede ser posible convencer al ''mainstream'' y al público en general de que la ciencia ficción es algo mucho más amplio.
  
 
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Revisión de 08:10 28 sep 2011

"La ciencia ficción es un género que desarrolla su argumento de forma coherente con unas premisas pretendidamente plausibles con los conocimientos científicos que se poseen en la época en que se creó la obra y que, o bien difieren notablemente de algún aspecto concreto de la realidad tal y como es (o de su pasado tal y como fue), o bien sugieren un hipotético futuro derivado de tal realidad."

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¿Qué significa eso?

Tras esa compleja definición hay un intento de describir un género que engloba obras tan diferentes como Crónicas marcianas (Ray Bradbury, 1950), Cita con Rama (Arthur C. Clarke, 1973), El hombre en el castillo (Philip K. Dick, 1962), o La guerra de las galaxias (George Lucas, 1977).

Coherencia:

Una de las características principales de la ciencia ficción es la coherencia con las hipótesis de partida, lo que la diferencia del realismo mágico y, especialmente, del surrealismo.

Es decir, en la ciencia ficción más tradicional y fantasiosa se asume que es posible viajar en el tiempo, o que el Sistema Solar ha sido colonizado y los viajes interplanetarios en naves espaciales son algo habitual, o que los alienígenas invaden el planeta. O bien, en un entorno más realista, se asume que es posible manipular el ADN, clonar y revivir seres extintos, o que nuevos desarrollos médicos permiten estimular la inteligencia de deficientes psíquicos y eliminar comportamientos autistas...

Pero sean cuales sean las hipótesis de partida, la ciencia ficción se mantiene dentro de los márgenes que dichas hipótesis plantean, sin que estas cambien de pronto haciendo que los escenarios y personajes se vuelvan incomprensibles en aras de un pretendido (y a menudo pretencioso) simbolismo.

Plausibilidad:

A menudo se ha asociado la ciencia ficción a la literatura fantástica, en concreto a la fantasía épica ambientada en mundos de dragones, guerreros y hechiceros. Pero a diferencia de este género, la ciencia ficción pretende ser plausible. Es decir, la ciencia fición descarta la magia como explicación de los fenómenos que se dan en sus historias.

Por ejemplo, el vampiro de Drácula (Bram Stoker, 1897) es un ser maligno, que vive tras la muerte por una maldición. Sin embargo, los vampiros de Soy leyenda (Richard Matheson, 1958) son infectados por enfermedades a las que se busca origen, modo de infección y, eventualmente, cura.

Por supuesto, la ciencia avanza, y hechos que hoy en día nos resultarían ridículos como la posibilidad de civilizaciones guerreras en Marte o los océanos de Venus, fueron casi certezas científicas en alguna época. Por eso, la definición remarca que la plausibilidad está ligada a los conocimientos científicos de una época. Una obra es ciencia ficción porque así lo quiere su autor, independientemente de que el futuro le reste credibilidad.

Diferencias con la realidad:

Evidentemente, la ciencia ficción es un género diferente del realismo puro. Sin embargo, la barrera que los separa puede ser muy difusa ya que, en ocasiones, las diferencias con el presente son prácticamente nulas en apariencia.

Flores para Algernon (Daniel Keyes, 1966), por ejemplo, plantea un avance científico que permite incrementar la inteligencia para crear una narración psicológica con un final sobrecogedor, pero su mundo no difiere en nada del que conoció su autor. Lo mismo ocurre con Frankenstein (Mary W. Shelley, 1818), El hombre invisible (H.G. Wells, 1897) o Parque Jurásico (Michael Crichton, 1990).

Muchas obras de ciencia ficción acontecen en la misma época en que fueron creadas y muestran de forma más o menos fiel la sociedad que las contextualiza. Todo el cambio que propone el autor consiste en la introducción de un único hecho (el nóvum) que sirve de base a la especulación. Es este novum lo que determina que la obra sea ciencia ficción.

Esta forma de ciencia ficción, que tiene lugar en un escenario realista, es un recurso habitual que sirve para reforzar el pacto de ficción, aportando detalles plausibles y normalizadores. Por otra parte, acerca la trama al receptor. Evitando elementos sorprendentes que muevan a la maravilla (naves espaciales, viajes temporales, alienígenas...) centra la atención sobre el nóvum, que ya no es un pretexto para la acción, sino el eje de la obra.

Así pues, la ciencia ficción, aún siendo forzosamente un género no realista, puede no diferir mucho de éste en cuanto a sus marcas externas.

Ciencia ficción y futuro.

Habitualmente se asume que la ciencia ficción tiene lugar en el futuro, hay avances importantes en el campo de la tecnología y de los viajes espaciales... Es cierto que este es el escenario más habitual de las historias de ciencia fición, pero no toda la ciencia ficción se basa en estas premisas.

Por ejemplo, las ucronías son una rama completa de la ciencia ficción que puede discurrir en el presente, si bien especula acerca de las consecuencias de un posible cambio en el pasado: la no extinción de los dinosaurios, la derrota de Roma frente a Cartago, la colonización de América por exploradores chinos o un longevo Mozart que adelanta en veinte años el romanticismo son algunos ejemplos.

El concepto de futuro se hace todavía más difuso cuando se trata el tema de los viajes temporales. A menudo una misma obra discurre en el pasado, en el futuro y en presentes alternativos simultaneamente (El día que hicimos la Transición -Ricard de la Casa y Pedro Jorge Romero, 1997-). Algunas obras, incluso, dan un paso más allá y plantean la posibilidad de que estos presentes paralelos sean tan similares entre sí que sea posible trasladarse de uno a otro.

También es posible que la ciencia ficción pueda discurrir en el pasado. Por ejemplo, El perfume (Patrick Suskind, 1985) plantea la hipótesis de un hombre con una capacidad olfativa muy superior a la media, pero una vez aceptada esta posibilidad, la obra no presenta grandes diferencias con El hombre invisible y el argumento discurre alrededor del protagonista que, embriagado de su poder, trata de imponer su voluntad a los demás. No sería, pues, descabellado catalogar esta obra como ciencia ficción.

Hay, incluso, todo un subgénero de la ciencia ficción, el steampunk que se basa en la hipótesis de un siglo XIX mucho más avanzado tecnológicamente. Encontramos así obras como La máquina diferencial (William Gibson y Bruce Sterling, 1990) en las que, incluso, se aventura la posibilidad de una informática primitiva basada en aparatos mecánicos en vez de electrónicos. No cabe duda de que el steampunk es ciencia ficción y, sin embargo, tiene lugar dos siglos en el pasado.

Otras definiciones de ciencia ficción:

Artículo principal: Otras definiciones de ciencia ficción
Artículo relacionado: Otras definiciones (Anexo)

La anterior no es, obviamente, la única definición de lo que es la ciencia ficción ni está generalmente aceptada. Muchos autores de ciencia ficción han tratado de aportar su propia definición del género. Tal vez la definición más popular sea la ofrecida por Isaac Asimov:

"La ciencia ficción es la rama de la literatura que trata sobre las respuestas humanas a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología."

Es una definición bastante escueta que tiene la virtud de recoger la idea que la mayoría de aficionados tienen del género, pero que con el paso del tiempo y la evolución de los temas se ha vuelto demasiado restrictiva.

Si la ciencia ficción es la literatura de la ciencia, la edad de oro ejerció una labor divulgativa; posteriormente, la nueva ola y el ciberpunk implantaron el escepticismo. Esto se refleja en la afirmación de William Gibson que dice:

"La labor de un escritor de ciencia ficción consiste en ser profundamente ambivalente en los que respecta a los cambios tecnológicos."

Es decir, la ciencia ficción es el género que especula sobre los cambios en la sociedad provocados por dichos avances, mostrandose escéptica acerca de sus consecuencias.

Pero el método científico exige también curiosidad y racionalidad. Conseguido lo anterior, el reto para el nuevo siglo es convencer a la sociedad de su capacidad de comprender su entorno de forma racional y ayudar a desterrar definitivamente los últimos restos de mitos heredados de épocas más oscuras.

Por eso, Carlo Frabetti, escritor y divulgador, dice:

"Más aún que en su temática, el parentesco de la ciencia ficción con la ciencia estriba en su método, en su carácter eminentemente especulativo: partiendo de unas premisas imaginarias, contrafácticas (generalmente obtenidas por la extrapolación de la realidad actual), desarrolla sus consecuencias conservando la lógica del mundo ficticio creado."

En conclusión, de forma escueta, ciencia ficción es aquella literatura que plantea hipótesis, experimentos factibles o imaginarios, pero racionales, que nos permiten indagar sobre nuestro conocimiento de la realidad en cualquiera de sus aspectos.

No importa si este experimento lo situamos en el presente o en el futuro (incluso en el pasado) o si entre sus premisas incluimos el improbable contacto con una civilización extraterrestre; lo que importa es que esas premisas sean plausibles y su desarrollo racional y que, durante el juego propuesto, aprendamos algo.

¿Ciencia ficción o fantasía?:

Precisamente, por la falta de una definición clara, el término "ciencia ficción" se ha empleado a menudo como un cajón de sastre donde meter un amplio número de obras. Algunas de ellas serían admitidas como "ciencia ficción" por cualquier aficionado, como es el caso de Fundación (Isaac Asimov, 1951), Blade Runner (Ridley Scott, 1982) o Ghost in the Shell (Masamune Shirow, 1989). Otras son generalmente aceptadas como ciencia ficción, aunque muchos disientan de ello (Crónicas marcianas, La guerra de las galaxias...) y, a menudo, se denominan como "ciencia ficción" obras que claramente no lo son (generalmente fantasía épica como Conan, El Señor de los Anillos...).

Atendiendo al pacto de ficción, tanto la ciencia ficción como la fantasía requieren suspender la incredulidad y aceptar un mundo o circunstancias distintos a nuestro mundo real. Pero, mientras el enfoque de la ciencia ficción pretende ser plausible, en la fantasía se recurre a elementos sobrenaturales de manera habitual y, en ocasiones como parte fundamental de la trama (magia, demonios, fantasmas...).

Así, la plausibilidad de la historia, escenario o planteamiento es un primer hecho diferenciador entre ciencia ficción y fantasía.

Ciencia ficción:

Teniendo una vez claro qué es ciencia ficción, resulta útil, incluso necesario, hacer agrupaciones de obras afines dentro del género para poder comprenderlo de forma ordenada y sin perder la perspectiva.

Para esto usaremos la clasificación que Fernando Ángel Moreno sugiere en su libro Teoría de la literatura de ciencia ficción: space opera, hard y prospectiva, a la que luego añade otros subgéneros como la ucronía.

Space Opera, Pulp y aventuras:

Artículo principal: Space Opera
Artículo relacionado: Pulp

Se denomina Space Opera a la rama de la ciencia ficción destinada generalmente a un público adolescente y compuesta por historias de aventuras espaciales en escenarios grandiosos: veloces naves espaciales, imperios galácticos, batallas épicas...

Su origen se encuentra en las revistas pulp de los años '20 y '30, publicaciones que solían tener una escasa calidad literaria y cuya temática era, principalmente, de aventuras y evasión. Sus argumentos eran sencillos, sin mayores pretensiones que el entretenimiento, y los protagonistas solían estar basados en arquetipos bien fundados y reconocibles. En definitiva, eran obras para el consumo rápido en las que ni el autor ni el receptor buscaban ninguna profundidad literaria.

Los esquemas básicos de la Space Opera quedaron fijados en 1928 en Skylark of the Space de E.E. Smith publicada en español como La estrella apagada. La nueva ola trajo consigo nuevos temas e inquietudes a la ciencia ficción y la space Opera se adaptó a ellos con obras de pretensiones más ambiciosas, de tal forma que en la actualidad se pueden disfrutar buenas obras literarias, como Crónicas del multiverso (Víctor Conde, 2005).

Sin embargo, aunque la actual calidad de la ciencia ficción se puede equiparar a la de cualquier otro género literario y a pesar del amplio abanico de intereses que abarca, hoy en día, muchos siguen identificando la ciencia ficción con aquella Space Opera de los años ’30.

Ciencia ficción dura:

Artículo principal: Ciencia ficción dura

Se conoce como ciencia ficción dura a la rama de la ciencia ficción, que trata con total rigor la ciencia y la tecnología, a menudo en detrimento de la calidad narrativa o de la profundidad de los personajes.

Tiene su origen en las llamadas "novelas científicas" de autores como Julio Verne, que pretendían con ellas divulgar y popularizar conocimientos y avances científicos, y ha sido un subgénero muy popular e influyente, al que se han dedicado autores tan reconocidos como Arthur C. Clarke o Larry Niven.

Suelen ser autores con formación e intereses científicos antes que literarios, lo que ha contribuido a que las obras hard sean más pobres desde el punto de vista artístico. Buen ejemplo de ello serían obras como Cita con Rama o Mundo Anillo (Larry Niven, 1970), en las que la trama queda totalmente relegada a la descripción rigurosa de un escenario imaginario e inusual (se trata de las llamadas Big Dumb Object -gran objeto estúpido- o BDO por sus iniciales en inglés).

Pese a ello, existen obras remarcables, como la trilogía de Marte de Kim Stanley Robinson o Criptonomicón (Neal Stephenson, 1999), que van más allá de la simple exhibición de conocimientos científicos y abordan temas sociales o económicos con personajes creíbles que evolucionan a lo largo de la obra.

Prospectiva:

La ciencia ficción prospectiva es la forma más especulativa del género. Si la Space Opera busca el entretenimiento en un marco grandioso y la ciencia ficción dura supedita trama o personajes al rigor científico, en la prospectiva el eje de la historia es el análisis de la propia idea innovadora (nóvum) que sustenta la historia de ciencia ficción, y el estudio de sus implicaciones morales, sociales, etc.

Habitualmente, el objetivo de este tipo de ciencia ficción es aportar una nueva forma de mirar hechos concretos de nuestra realidad que se suelen asumir como inamovibles, descontextualizándolos y obligando al receptor a flexibilizar su propia visión de la realidad.

Por ello, este género no se basa tanto en una forma concreta como en una determinada manera de enfocar la realidad, profundamente crítica y anti-convencional, cuyo elemento de estudio puede ser la naturaleza o las sociedades humanas (por ejemplo el papel de la religión en la historia, en Cántico por Leibowitz (Walter M. Miller Jr., 1960), pero también las implicaciones éticas o sociales de los descubrimientos científicos (la telepatía en Muero por dentro -Robert Silverberg, 1972-) y los avances tecnológicos (un tratamiento para potenciar la inteligencia, en Flores para Algernon.

Estas obras no se restringen al ámbito de lo estrictamente posible como en la ciencia ficción dura (la telepatía, por ejemplo, tal y como se entiende en estas historias, no es posible, pero si plausible). Tampoco son una mera excusa para imaginar escenarios sobrecogedores y grandes aventuras como en la Space Opera (poco de esto hay en la cotidianeidad de muchas de ellas). La prospectiva se manifiesta como un experimento mental que habla de nuestra realidad y ayuda a poner de relieve aspectos de la misma que quizás no habíamos considerado.

Ucronía:

Artículo principal: Ucronía

La Ucronía es una rama de la ciencia ficción que especula acerca de las consecuencias de la alteración de un hecho histórico concreto. Por ejemplo, ¿qué habría pasado si el Imperio Romano hubiera pervivido hasta nuestros días (Roma eterna, de Robert Silverberg, 2003)?

Dado que el rasgo principal de la ucronía es la alteración de la línea temporal, entre las inquietudes que puede tratar cabe cualquier posibilidad, desde la elucubración histórica más o menos rigurosa (Fuego sobre San Juan) o la crítica y descontextualización de nuestra sociedad (Tiempos de arroz y sal, de Kim Stanley Robinson, 2002) o, incluso, un simple divertimento.

Dentro de esta última posibilidad se podría citar buena parte de todo un subgénero ucrónico, el steampunk. Este subgénero no plantea un punto Jonbar concreto, pero sus caracterísiticas básicas son la estética de la sociedad británica en la época victoriana mezclada con máquinas de vapor sobredimensionadas y hasta una informática no binaria basada en mecanismos de ruedas dentadas. Sería una forma de retrofuturismo: el futuro tal y como lo habría imaginado Julio Verne.

Una de las características de este subgénero es su notable atractivo estético. Por esto, aunque hay obras literarias notables como La máquina diferencial (William Gibson y Bruce Sterling, 1990), es especialmente llamativo en medios visulaes como La liga de los hombres extraordinarios (Alan Moore y Kevin O`Neill, 1999) o Steamboy (Katsuhiro Otomo, 2004).

Fantasía:

Artículo principal: Fantasía

Aún cuando no es objeto de este artículo, dada su asociación a la ciencia ficción, cabe hacer algunas consideraciones acerca de la fantasía, a fin de marcar sus particularidades internas.

A diferencia de la ciencia ficción (cuyas hipótesis o enfoque tratan de ser plausibles) La fantasía requiere la suspensión de la incredulidad por parte del receptor en cuanto a la existencia de hechos mágicos. A partir de esta base, común a toda la fantasía, podemos hacer una segunda división en cuanto a la lógica o coherencia interna basándonos en las apreciaciones subjetivas de los personajes. Si los protagonistas aceptan como habituales y naturales los hechos mágicos, hablamos de género maravilloso (El Señor de los Anillos o Conan). En caso contrario, si los hechos sobrenaturales suponen un choque inaceptable para los protagonistas, hablamos de género fantástico (p.e., las historias de terror de H.P. Lovecraft).

Resumiendo lo anterior:


Pacto de ficción: Género: Relación de los protagonistas ante el hecho mágico: Subgéneros: Ejemplos:
Plausible (El receptor lo acepta como posible). Ciencia ficción No hay hecho mágico. Prospectiva
Space Opera
Ciencia ficción dura
Ucronías
No plausible (El receptor no lo acepta como posible). Fantasía Los protagonistas aceptan el hecho mágico como algo natural. Maravilloso
  • Conan
  • El Señor de los Anillos
Los protagonistas no aceptan el hecho mágico. Fantástico
  • El Horla
  • El horror de Dunwich

Historia de la ciencia ficción:

Artículo principal: Historia de la ciencia ficción

La ciencia ficción es un género reciente que abarca varios medios distintos, como la literatura, el cine o el cómic, por citar algunos de los más importantes, por lo que la historia de la ciencia ficción está relacionada con la de dichos medios. Por este motivo no existe una única historia de la ciencia ficción, sino una serie de historias (historia de la literatura de ciencia ficción, del cine de ciencia ficción, del cómic de ciencia ficción...). Obviamente, los principios del género se encuentran en la literatura, por ser este medio anterior a otros como el cine o la televisión. La otras "historias" surgen cuando estos medios nacen y se acercan al género.

Primeros años: Literatura y cómics:

Artículo principal: Literatura de ciencia ficción
Artículo principal: Cómic de ciencia ficción

La ciencia ficción, dada su característica de género especulativo ligado al pensamiento racional y la especulación científica, está íntimamente ligado a la historia de la ciencia y la tecnología, así como su implantación en la sociedad. Por este motivo, aunque hay obras anteriores que pueden ser consideradas ciencia ficción desde algunas premisas, el género como tal no nace hasta el siglo XIX. Se considera que Frankenstein es la primera obra de ciencia ficción moderna, ya que la animación de la materia inanimada no se confía a artes mágicas, sino a un desarrollo científico.

La literatura de ciencia ficción no se asienta hasta finales del siglo XIX y principios del XX. A mediados del XIX nos encontramos con autores como Julio Verne que ven en el género una forma de hacer divulgación científica (las llamadas "novelas científicas") y, a finales de ese mismo siglo, autores más serios como H.G. Wells que se valen del género para especulaciones más allá de la simple divulgación.

En las primeras dećadas del siglo XX la ciencia ficción "cruza el charco" y comienza a publicarse en las revistas de ciencia ficción estadounidenses (principalmente publicaciones pulp), que lo popularizan como un medio de historias de calidad discutible destinadas a un público poco exigente. En esa misma época empiezan a publicarse los primeros cómics de ciencia ficción, con aventuras de superhéroes. Posteriormente, en la década de los '30 editores como Hugo Gernsback y John W. Campbell tratan de dar a la literatura de ciencia ficción una mayor respetabilidad, buscando publicar obras de mayor calidad, lo que se llamaría la edad de oro.

Salto a los medios audiovisuales:

Artículo principal: Cine de ciencia ficción
Artículo principal: La televisión en la ciencia ficción

En los años '50 la ciencia ficción da el salto a los medios audiovisuales. Aunque ya había películas anteriores a dicha década, los '50 fueron una época dorada para el cine de ciencia ficción, con películas memorables, muchas de las cuales siguen la estela de las obras literarias publicadas en las revistas unos años antes. También en los '50 comienzan a popularizarse las primeras emisiones de series televisivas. Si el cine de ciencia ficción seguía la estela de la literatura, la televisión seguiría la del cómic, llevando a la pantalla a los héroes de las revistas.

En los '60 y '70 la ciencia ficción experimentaría grandes cambios en los dos medios principales, la literatura y el cine. A mediados de los '60, en la literatura surgiría la nueva ola, un tipo de literatura mucho más seria, centrada en problemas humanos más que en la exploración espacial y con una mayor calidad literaria. La década siguiente, los '70, sería la del cambio en el cine. Si el cine de los '50, buscaba imitar los temas de las obras literarias, en los '70 buscará una mayor calidad en los efectos visuales, afirmándose definitivamente como un arte visual con unas reglas y un lenguaje propios. Se crea así una divergencia clara entre ambos medios.

Revolución transversal:

Artículo principal: Ciberpunk

Los '80 serían una revolución en el género. Nace el Ciberpunk con unas premisas y desarrollos tan impactantes que significarían un cambio radical en todos los medios: el lenguaje empleado y los temas tratados en la literatura, la estética de cómics, cine y televisión... Si los '60 y '70 marcaron una divergencia entre medios el ciberpunk sería un "acontecimiento transversal" que influiría en todos ellos, unificando estética y temática, si bien cada medio se adaptaría según las premisas propias que habían desarrollado en las décadas anteriores.

Esta corriente se ha ido diluyendo con el tiempo; los nuevos autores han rebajado el tono pesimista inicial en lo que se ha llamado postciberpunk. Pese a ello, el género se ha vuelto más visual de lo que era en los '70, clara herencia del ciberpunk. También ha habido un acercamiento al género de autores mainstream, si bien evitan la etiqueta "ciencia ficción".

Etimología:

Inicialmente los autores de ciencia ficción no eran consciente de estar escribiéndola, pues no existía el término.

La primera denominación para este tipo de historias fue "romances científicos" (utilizando la palabra "romance" en el sentido de narración o novela), término que englobaba muchas cosas, algunas de las cuales, como las historias de Tarzán de Edgar Rice Burroughs no eran, ni mucho menos, lo que ahora entendemos como ciencia ficción.

En 1926 Hugo Gernsback funda Amazing Stories y crea para ella el término "Scientifiction".

En 1929 Gernsback pierde el control de su revista y funda Air Wonder Stories y Science Wonder Stories. Sin embargo, no puede utilizar el término "scientifiction" en ellas, ya que es propiedad de Amazing. Por eso, crea en 1929 el término "science fiction" que es el que se impuso entre el público anglosajón.

El término "Sci-Fi" (abreviatura de "science fiction" fue usado publicamente por Forrest J. Ackerman en UCLA en 1954, aunque Robert A. Heinlein ya había usado el término en su correspondencia privada seis años antes. Actualmente, "Sci-Fi" se utiliza coloquialmente para referirse a la ciencia ficción más proclive a la aventura, mientras que las siglas "SF" se identifican con la especulativa.

El término ha sido traducido al español como "ciencia ficción". Algunos autores señalan que ésta es una traducción incorrecta y prefieren usar "ficción científica", sin embargo, el público hispano parlante ha optado por "ciencia ficción" como término más popular y utilizado.

Género underground:

Artículo principal: La ciencia ficción como género underground

Antes de que el término "ciencia ficción" existiera, autores como Julio Verne o H.G. Wells eran bien reconocidos. Sin embargo, la creación del término "ciencia ficción" por parte de Hugo Gernsback dentro del contexto de las revistas pulp, cambió por completo la percepción que se tenía del género. Su asociación con revistas de portadas llamativas e historias de escasa calidad, hizo que que el término fuera identificado con lo que las portadas de esas revistas mostraban: literatura de aventuras de poca trascendencia dirigidas a un público adolescente.

Pero desde que en 1938 John W. Campbell tomara las riendas de Astounding dando inicio a la edad de oro ha llovido mucho, el género ha crecido, progresado, evolucionado... La nueva ola supuso una ruptura literaria con las épocas anteriores, las temáticas se hicieron más humanistas, el ciberpunk supuso una revolución que fue más allá del propio género, influyendo a la misma sociedad.

Entonces, ¿por qué la ciencia ficción sigue siendo un género underground?

Una evolución ignorada:

En la década de los '60 la ciencia ficción inició lo que se llamó la nueva ola, movimiento que significó un cambio cualitativo de gran importancia en el género. Una nueva hornada de autores se acercó a la ciencia ficción con la idea de hacer auténtica literatura, obras importantes por su valor literario, más allá de la temática.

En 1967 Harlan Ellison publicó su antología Visiones peligrosas en la que pretendía reunir relatos originales de autores de este nuevo movimiento. Uno de los prólogos correspondía a Isaac Asimov que decía:

"A veces pienso en eso con una especie de incredulidad. La ciencia ficción era literatura escapista. Nosotros éramos escapistas. Nos alejábamos de problemas prácticos tales como el béisbol infantil, los deberes en casa y las peleas con los compañeros, para entrar en el increíble mundo de la explosión demográfica, de las naves cohete, de la exploración lunar, de las bombas atómicas, de las radiaciones tóxicas y de la atmósfera polucionada.
(...)
Pero hoy uno puede colonizar la Luna dentro de las serias páginas grises del New York Times; y no como un argumento de ciencia ficción, en absoluto, sino como un sobrio análisis de una situación completamente real."

El mismo Ellison decía en un prólogo posterior:

"Durante veintitantos años el fiel fan de la ficción especulativa había permanecido golpeándose el pecho y gimiendo que el mainstream literario no reconocía las obras literarias realmente imaginativas. Se lamentaba del hecho de que libros como 1984, Un mundo feliz, Limbo y La hora final hubieran recibido aclamaciones de la crítica pero no hubieran sido etiquetados como "ciencia ficción". De hecho, argüía, fueron automáticamente excluidos de acuerdo con la simplista teoría de que 'eran buenos libros; no podían ser considerados junto con esa basura de la ciencia ficción'."

Sin embargo, en la presentación del Premio UPC de 2003, en su conferencia, Orson Scott Card todavía se lamentaba de que la literatura mainstream se había anquilosado en una desproporcionada búsqueda de la pureza de la forma y el estilo, mientras que la ciencia ficción, que seguía planteando dilemas y temas novedosos e interesantes, seguía estando marginada.

Es decir, pese a la increíble evolución del género a lo largo de los treinta y seis años que separan el UPC de 2003 y la antología Visiones peligrosas, la consideración del género seguía siendo la misma: un género menor, de escaso valor literario o artístico, literatura escapista, en definitiva: un género underground. ¿Por qué? ¿Cómo es posible que el mainstream hubiera ignorado la obra de autores como Brian W. Aldiss, J.G. Ballard o Ursula K. Le Guin?

Prejuicios y desencuentros:

Hoy en día autores del mainstream se han acercado a la ciencia ficción con obras como La carretera (2006) de Cormac McCarthy, pero son publicadas bajo etiquetas como "thriller futurista" o "fantasía distópica", evitando la etiqueta "ciencia ficción" como si llevara la lepra, ¡cuando eso es, precisamente lo que son! Esto es todavía más sangrante cuando tenemos en cuenta que, más allá de por su valor literario, el mainstream valora estas obras por la originalidad de sus premisas o por la exploración de nuevos campos e ideas, ¡cuando hace décadas que la denostada ciencia ficción trató estos temas y, desde entonces, los ha desarrollado hasta límites que el mainstream desconoce!

Es decir, si la especulación con premisas contrafácticas es aceptable, si se admite que es interesante el establecimiento de un pacto de ficción que exija aceptar un mundo distinto al que conocemos para explorar ideas nuevas, ¿por qué el término "ciencia ficción" sigue siendo evitado, si eso es precisamente lo que define la ciencia ficción?

Hay, sin duda, muchos motivos para ello. De algunos es culpable el mainstream, que se niega a reconocer la valía de un género por unos prejuicios que, primero, le impiden acercarse a él y conocerlo y, segundo, si se acerca, le impiden valorarlo correctamente. La ciencia ficción no se conoce ni se reconoce. Existe el prejuicio de que, si es ciencia ficción no puede ser bueno y, si es bueno, no puede ser ciencia ficción. Obras como 1984, Fahrenheit 451 o Un mundo feliz, obras de prestigio y reconocidas por el mainstream, no son consideradas ciencia ficción y, cuando un autor mainstrean escribe ciencia ficción, la etiqueta de otra forma.

Por otra parte, hay que reconocer que parte de culpa la tienen también algunos aficionados: por una parte aquellos a los que les gusta ser calificados de undeground por la imagen de mentalidad y estilo alternativos que ofrece esta etiqueta; por otra, aquellos que proyectan una imagen poco seria del género vistiéndose en convenciones como los personajes de sus series o cómics favoritos (generalmente los más alejados de la ciencia ficción especulativa, la más interesante) y que, por ser aquellos en quienes que más se fijan los medios, son quienes acaban dando la imagen que el género proyecta entre quienes lo desconocen.

Cabe preguntarse qué puede hacerse para revertir esa mala imagen cuando estos son un parte importante de los aficionados a la ciencia ficción, o cómo puede ser posible convencer al mainstream y al público en general de que la ciencia ficción es algo mucho más amplio.

Ciencia ficción
Definiciones, clasificación y géneros afines: Su historia y sus medios: Relación con otros medios y géneros: