Contra el tiempo
| Contra el tiempo | |
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| Autor: | Juan Miguel Aguilera, Rafael Marín |
| Otros títulos: | |
| Datos de primera publicación(1): | |
| Título original: | Contra el tiempo |
| Revista o libro: | Libro independiente |
| Editorial: | |
| Fecha | Fecha desconocida de 2001 |
| Publicación en español: | |
| Publicaciones(2): | Libro independiente |
| Otros datos: | |
| Saga: | |
| Premios obtenidos: | Premio Ignotus |
| Otros datos: | |
| Fuentes externas: | |
| Tercera Fundación | Ficha |
| ISFDB | Ficha |
| Otras fuentes | |
| Notas: | |
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Juan Miguel Aguilera, Rafael Marín (2001)
Tabla de contenidos
Las premisas:
En el futuro lejano la humanidad ha evolucionado más allá de sus cuerpos físicos. Sus consciencias viven unidas en la Malla, un todo que interconecta tanto a los humanos como a los nexos, conjuntos de nanomáquinas dotados de una forma de inteligencia artificial que envuelven los cuerpos de los humanos, protegiéndolos y nutriéndolos.
Aclis y Dagán contemplan el fin de la Tierra, el momento en el que ésta es devorada por el Sol y, valiéndose de la energía del acontecimiento, viajan al pasado, millones de años atrás, con el fin de conocer a los humanos tal y como eran en su origen.
Sin embargo, algo sale mal, Aclis es separada de Dagán durante el viaje en el tiempo y aterriza en la Luna, donde el nexo la protege manteniéndola en estasis millones de años hasta que puede llevarla a la superficie del planeta. Ahí, sola, y enfrentada al hecho de que el agotamiento de las reservas de energía de su nexo impone límites a sus capacidades, Aclis se aliará a los pueblos de la edad de bronce del Mediterráneo, ante los que se presentará como diosa para que la ayuden a llegar hasta donde se encuentra Dagán.
La novela:
A pesar de haber recibido un premio Ignotus, decir que la novela no es buena es un eufemismo. La idea de un viajero temporal recorriendo el Mediterráneo de la edad de bronce dando lugar a lo que luego serán las historias de la mitología clásica es interesante, pero la obra no está a la altura de lo que pretende, ni mucho menos.
Por una parte, no hay personajes dignos de tal nombre; todo son estereotipos, esbozos, personajes planos sin ningún tipo de matiz ni motivación ni personalidad ni evolución que no crean el más mínimo interés en el lector. No es posible comprenderlos, ni compartir sus motivos ni emociones si es que se puede decir que los tienen. Especialmente sangrante es el personaje de Aclis, una posthumana de miles de años de edad que viaja millones de años al pasado, donde se encuentra separada de los suyos, pero que se nos dibuja con las motivaciones de una alumna postadolescente sentimentalmente ligada al profesor que la seduce.
Por otra parte, la novela adolece de un defecto en el que caen otras pretendidas obras de ciencia ficción dura: un abuso de la tercera ley de Clarke, una tecnología futurista sobredesarrollada que actúa a modo de magia de forma que la protagonista siempre tiene un recurso o limitación que actúa a modo de deus ex machina sin que al lector se le haya presentado un contexto o premisas que la justifiquen.
Todo lo anterior sería aceptable si la obra fuera de duración más breve y su estilo fuera más ágil y dinámico, pero los autores han querido darle un estilo literario que pretendía ser elevado y que resulta demasiado rígido y engolado, carente de fluidez y ritmo, de forma que resulta pesada de leer.
En resumen, una obra prescindible a pesar de su Ignotus.
Premios:
Obtenidos:
- 2002: Premio Ignotus de novela corta.
