Coolverine (Mogwai)

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Coolverine (Mogwai)
Director del vídeoclip: Hand Held Cine Club
Autor de la canción: Mogwai
Álbum: Every Country’s Sun
Primera emisión: 2017
Vídeoclip: Videoclip en Vimeo
Otros datos: Página oficial del grupo

Hand Held Cine Club (2017)

Coolverine es una canción instrumental de Mogwai, grupo escocés de música post-rock.

La música se compone en torno a tres elementos: un punteo de guitarra muy limpio sobre una cortina de sonido creada por los sintetizadores y una batería muy definida, de ritmo sincopado, todo en un tiempo bastante contemplativo, que a medida que se aproxima el clímax de la canción se va acelerando ligeramente e intensificando.

El vídeo musical resulta una pieza sencilla en lo conceptual. Con una fotografía monocroma, un blanco y negro ligeramente pardo, se desarrolla completamente a cámara lenta, saltando entre un grupo de escenas cada cierto tiempo.

Inicialmente, vemos como un hombre, de cierta edad y bien vestido, se aproxima al borde de una azotea, como si estuviera sopesando tirarse. Aunque su expresión es calmada, sus puños están tensos, y pronto empezamos a notar anomalías en torno a él. Su expresión cambia de repente, de la relajación a la tensión, de la tensión a la ira, mientras los cortes de secuencia nos van mostrando cómo esas anomalías, sutiles al principio, se van convirtiendo en verdaderos fenómenos paranormales en los que los objetos y las personas empiezan a flotar y elevarse hacia el cielo, desafiando la gravedad, no sólo en el entorno cercano al hombre en la azotea, sino por toda la ciudad, que se muestra ante él como un paisaje continuo de hormigón.

En la secuencia final, la extraña ominosidad de lo que ocurre se dispara, cuando comprobamos que hay dos lunas en el cielo e incluso la parte superior de una torre de apartamentos se está desgajando del conjunto.

La fotografía es uno de los aspectos más destacables del vídeo, por su trabajo con las texturas y las iluminaciones, así como por los espacios escogidos. En la estética en general, por cómo trata el espacio urbano y los pequeños objetos inanimados que flotan, parece adivinarse influencias de Katshuhiro Otomo, especialmente de sus obras Pesadillas (1980) y Akira (1982), con las que tiene también en común la temática de los poderes telekinéticos e incluso, tal vez, el inquietante protagonismo del satélite natural del planeta en una de las escenas.