Crash

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Crash
Autor: J.G. Ballard
Otros títulos: No se le conocen
Datos de primera publicación(1):
Título original: Crash
Revista o libro: Crash
Editorial: Jonathan Cape
Fecha Junio de 1973
Publicación en español:
Publicaciones(2): Crash
Otros datos:
Saga: No pertenece a ninguna saga
Premios obtenidos: No se le conocen
Otros datos: Adaptado al cine por David Cronenberg en 1996
Fuentes externas:
Tercera Fundación [{{{URL-3F}}} Ficha]
ISFDB [{{{URL-ISFDB}}} Ficha]
Otras fuentes {{{URL-OtrasFuentes}}}
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

J.G. Ballard (1973)

Crash, que podría haber sido traducida como "Choque" es una novela del todo atípica dentro del género de ciencia ficción y cláramente representativa de las inquietudes del movimiento que se dio en llamar la nueva ola.

Su argumento gira en torno al cambio de mentalidad del protagonista (un tal James Ballard), que empieza a sentirse fascinado y atraído eróticamente por los accidentes de tráfico tras sufrir él mismo uno y entrar en contacto con una serie de personajes con similares inclinaciones.

¿Ciencia ficción?

Como hemos dicho, Crash es una novela atípica en la ciencia ficción, hasta el punto de que no todos los aficionados estarían de acuerdo en adscribirla a este género. Sin embargo, el propio autor no tenía ninguna duda, y lo deja claro en el prólogo incluido en ciertas ediciones, donde hace un alegato en favor de la ciencia ficción como herramienta literaria que permite mejor que otras el estudio del hombre moderno y de sus problemas.

En realidad, en el escenario planteado por Ballard no hay nada que induzca al lector a pensar que no se trata de una historia real, ambientada en el presente (1973) en las bien reconocibles autopistas que conectan Londres con su aeropuerto. No hay novedades tecnológicas ni evidentes cambios sociales, sólo gente con retorcidas inclinaciones sexuales.

Y sin embargo, el tema de debate es justamente ese, la tecnología y el cambio de la sociedad. El nóvum, la novedad sobre la que se desarrolla la trama, es justamente el surgimiento de una pulsión sexual en una serie de sujetos, pulsión asociada fuertemente a la tecnología y a la violencia.

Estas tres referencias (el sexo, la tecnología y la violencia) son las piezas que Ballard examina en su texto. Las combina hasta hacerlas indisolubles y gradúa su preponderancia desde un inicio enteramente familiar para el lector hasta una presencia extrema, exacerbada, retorcida y alarmante.

Es este proceso, la ida desde la absoluta normalidad (que provoca que el lector piense que no se encuentra ante ciencia ficción), hasta la exageración coherente de este principio, lo que demuestra que efectivamente estamos ante una obra de que hace prospección de características de nuestra sociedad actual, siguiendo tendencias posibles, hasta resultados futuros inquietantes.

Los personajes de Ballard son casi víctimas de una libertad sexual (estamos en el principio de la década de los años 70) que se inclina hacia la despersonalización. Al tiempo, la televisión y otros medios de comunicación les han insertado un principio de anestesia ante la violencia (guerras televisadas, telediarios que mezclan la hora de comer con imágenes de niños hambrientos en África...). Y como elemento cohesionador de esas dos tendencias, Ballard introduce la cada vez mayor presencia de la tecnología mediante un conjunto de detalles que el lector hace suyos con facilidad: los automóviles, las autopistas, el aeropuerto, los aviones, los cementerios de coches...

No es necesario remarcar aquí la relación entre el automóvil y el sexo, visto incluso como fetiche. Ni tampoco su más aún evidente relación con la violencia (atropellos, accidentes). El choque premeditado, ese crash, es la conjunción de los tres elementos en una manera que bebe de la generación beat y anticipa (de manera alarmantemente clara) los principios más profundos de lo que será el ciberpunk.

Una obra inquietante, perturbadora, pornográfica, y un buen material para pensar.

Antecedetes de la novela:

Ballard ya había escrito, dentro de su controvertida obra La exhibición de atrocidades (1970), un capítulo titulado Crash. También en 1970, Ballard organizó una exposición compuesta enteramente por coches accidentados (naturalmente, llamada "Crashed Cars") en el New Arts Laboratory, que al igual que la narración, produjo una enorme controversia.