Diferencia entre revisiones de «Discusión:Sexo en la ciencia ficción»

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Hoy en día, una vez asimilada la aportación de la contracultura ciberpunk, el tratamiento del sexo vuelve a cauces más normalizados. Los autores parecen estar haciendo un repaso de las corrientes anteriores para adaptarlas a un presente en el que la sexualidad parece mejor asumida.
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Algunas obras [[postciberpunk]] no han desdeñado los recursos descubiertos, pero ya no se han centrado en las aberraciones a las que puede conducir su uso sin restricciones, sino en sus posibilidades de enriquecimiento, mostrando un aumento de la variedad en la sexualidad de los personajes e incluso de los protagonistas.
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Por ejemplo, en ''[[Ghost in the shell]]'', tanto en algunas escenas del cómic como en secuencias breves de la serie de televisión, se deja entrever que la protagonista, la [[Mayor Motoko Kusanagui|mayor Kusanagui]], mantiene relaciones [[lésbicas]] cuya intensidad en amplificada por los posibilidades de su [[ciborg|cuerpo cibernético]]. Por supuesto, no es la primera ocasión en que podemos encontrar un protagonista con inclinaciones homosexuales ni tampoco la primera vez en que los implantes y las extensiones son utilizadas para mejorar las relaciones sexuales; pero la naturalidad en estas escenas, desprovistas de sordidez o ''vouyerismo'', constatan que nos encontramos en un estadio diferente.
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Parece que la ciencia ficción que se decide a abordar este tema se recupera de la fiebre exploradora anterior, alejándose un poco de la abundancia de escenas escabrosas. El sexo aparece con frecuencia en casi todas las novelas, pero los autores (sobre todo dentro de la más madura literatura anglosajona) no lo tratan ya con una intensidad especial, sino que la mantienen asumido como una faceta más de sus personajes.
  
 
=== Medios gráficos: ===
 
=== Medios gráficos: ===

Revisión de 08:23 30 jul 2008

Discusión del esquema a seguir:

Voy recopilando información para tratar de generar el esquema. Que cada cual haga aportaciones modificando este mismo texto:

--Venom 14:01 24 jul, 2008 (CEST)

He encontrado una página en el sitio que habla del tema. Apunta unas ideas interesantes que añado a las notas

He encontrado otras páginas 1, 2 aunque están centrada en las portadas de las revistas.

Otro enlace.

Otro más, en la Wikipedia en inglés.

--82.130.167.251 22:57 25 jul, 2008 (CEST)

No sé si el esquema que has planteado es el que pretendes llevar a cabo en el artículo o si es sólo un esquema para la toma de notas.

Propongo un esquema nuevo en el que se separa la cf literaria de los medios gráficos:

El artículo de Wikipedia tiene una buena colección de títulos además de artículos relacionads (desnudo en la cf, homosexualidad en la cf...). Menciona también que en los '60 '70 la revista Playboy publicó relatos de cf dando a los autores mayor libertad que otras publicaciones. Me gustaría conseguir esa colección. Seguro que es buena.

--82.130.167.251 14:51 27 jul, 2008 (CEST)

El primer esquema sugerido no era más que un intento de ordenar la información que ya hemso vertido en al wiki.

Lo ideal sería fundir ambos esquemas en algo mejor, coherente e integrador.

--Venom 12:19 28 jul, 2008 (CEST)

Viendo el artículo de Wikipedia, pienso que habría que tratar también la homosexualidad.

--82.130.167.251 14:44 28 jul, 2008 (CEST)

Estoy leyendo una colección de relatos antiguos (Amazing 1926-1935) y hay un par de relatos significativos de la época.

En uno de ellos, el protagonista sacrifica el amor y lo que conlleva (sexo, el autor no parece capaz de desligarlos) para prolongar su vida. Hoy en día no creo que mucha gente estuviera dispuesta a pagar la inmortalidad con carencia de sexo. Una eternidad asexuado es más de lo que puedo imaginar... En otro, la humanidad deviene en seres asexuados. Más de lo mismo. ¿Te imaginas convencer a la humanidad de renunciar al sexo?

Es decir, en esta época el sexo era como una pasión malsana que había que reprimir para ascender a fines mayores.

En el segundo relato, la condición de asexuados se deriva de la extinción de los hombres. Al no haber hombres, las mujeres se convierten en seres carentes de sexo ¿para qué, viene a decir? En este sentido puede ser útil compararlo con Houston, Houston, ¿me recibe? en el que no hay hombres, pero no por ello las mujeres renuncian al sexo.

--82.130.167.251 14:50 28 jul, 2008 (CEST)

Parece que tenemos claro que por lo menos habrá un estudio de la evolución del tratamiento del sexo dentro del género, que creo que será el nucleo principal.

Me parece muy interesante el punto de la homosexualidad en el género 8con vistas incluso a un artículo propio).

Luego está el tema de las portadas y el arte gráfico. Simplificado, el esquema podría ser el siguiente:

  1. Introducción
  2. Evolución histórica
  3. Arte gráfico
  4. Homosexuañidad

--213.98.89.233 18:16 28 jul, 2008 (CEST)

Ha habido un conflicto de edición... de todas formas, cuelgo lo que había escrito:

Sin darme cuenta en las modificaciones anteriores he estado añadiendo enlaces, así que ya los he puesto en lo que me faltaba y le voy dando forma de artículo.

De momento sigo bajo el esquema que he propuesto, ya que lo que estoy haciendo puede ser movido al que propusite tú. Así quedan las referencias que marcaste arriba y no las mezclo con lo que voy escribiendo.

Me gustaría que opinaras acerca del esquema:

  • ¿Te parece bien separar literatura de medios gráficos?
  • Pusiste un apartado España y puede ser importante por la censura del franquismo pero, ¿cómo lo tratamos?
  • ¿Cómo tratamos la homosexualidad? ¿O hacemos un artículo aparte?

Me gustaría una orientación ahora antes de una opinión demoledora más tarde que signifique tirar a la basura lo que estoy haciendo.

Tras leer tu conflictuosa intervención, veo que respondes a mi tercera pregunta planteando un posible artículo propio. Me lo temía... en cualquier caso, un pequeño esbozo aquí nos permite cubrir mínimos hasta tener ese artículo. Incluso puede ser más que un esbozo: cuando hagamos el artículo, si hemos tratado el tema demasiado ampliamente bastará con mover el contenido al artículo nuevo.

Respecto al cine: Me parecía importante separar la literatura de los medios gráficos, pero no veo tan claro meterlo en el mismo saco que la televisión.

--82.130.167.251 18:32 28 jul, 2008 (CEST)

Creo que siguiendo las pautas de "Historia de...", la evoluciñón histórica se va a ccentrar fundamentalmente en al literatura.

En arte gráfico iría las portadas pulp y los cómics, con inflexión especial en las heroinas fantaeróticas. Si cine y televisión no se amolda bien aquí ni como subapartado de la evolución histórica, lo separamos entonces en un nuevo apartado, según lo veamos.

Añadimos "en España" y queda así:

  1. Introducción
  2. Evolución histórica
  3. Arte gráfico
  4. Homosexuañidad
  5. En la ciencia ficción española

Y meción a Cine y televisión.

--213.98.89.233 18:57 28 jul, 2008 (CEST)

Esto parece un bocado realmente grande, pero si conseguimos morderlo bien creo que será suculento.

Propongo ir "fusionando" ambos esquemas en uno sólo (troceando del primero e insertando en el segundo creo que sería lo más práctico). De momento, no tenemos una redacción verdadera del artículo, sino una acumulacación de datos interesantes. Una vez que tengamos todos los datos en un sólo esquema, podemos empezar a construir el artículo paso a paso.

--213.98.89.233 09:35 29 jul, 2008 (CEST)

Empezaba a liarme con tanto dato cruzado, así que he empezado a hacer limpieza:

Verás que he tachado del primer esquema todo lo que ya está en el segundo.

También he tachado (aunque todavía no eliminado) la segunda mención a "Houston, Houston...". Creo que con la primera mención en "La edad de oro..." como comparación a "El último hombre" ya es suficiente; la tercera mención se traslada al artículo "Homosexualidad..." y así sólo se menciona una vez.

Ya lo he quitado. Realmente sobraba.

El artículo "Homosexualidad..." es otro de los cambios notables. Creo que el material incluído y pendiente justifica un artículo propio, así que he hecho un pequeño resumen y trasladado lo demás a un apartado con el fin de perfilar allí el artículo (cuando se cree habrá que traladar la discusión, pero no quiero hacerlo todavía porque tiene datos comunes con "Sexo...").

He visto que la parte literaria está muy pefilada en ambos artículos, pero la parte más floja es la del cine, cómic y televisión.

--82.130.167.251 15:43 29 jul, 2008 (CEST)

Bueno, creo que ya está más que perfilado. Lo he releído y creo que tiene hilación para ser considerado un artículo.

Faltan cuatro apartados para "Sexo...":

  • Actualidad en literatura.
  • Cine.
  • Cómic.
  • En España (sólo hay mención a la censura, falta todo lo demás).

En "Homosexualidad..." faltan dos apartados:

  • Cine (no hay más que una pequeña introducción).
  • Cómic (no hay más que un apunte).

De cine, de cómic y de cf española actual sabes más que yo, ¿ideas, apuntes, una pista...?

--82.130.167.251 20:02 29 jul, 2008 (CEST)

Primer esquema (?)

Introducción:

"el género de la ciencia ficción, tan dado a investigar las implicaciones de los desarrollos científicos y tecnológicos en diferentes aspectos de la sociedad, haya sido tan pacato en lo que a la sexualidad se refiere."

Mencionar el contraste entre las chicas ligeras de ropa de las portadas pulp y el contenido de las revistas, historias de aventuras más o menos especulativas pero carentes de escenas de sexo. ¿Era debido a que estaban dirigidas a un público juvenil-adolescente?
Mencionar como ejemplo de lo anterior a Asimov. Es todo un referente de la edad de oro, el niño bonito de Campbell, el autor más leído, el de mayor éxito editorial... pero sus personajes son asexuados y apenas hay lugar para las mujeres en sus relatos.

Autores / obras / historia:

George Orwell, 1984 (1949): la obra habla de la represión sexual entre otros factores. No es pionera en cuanto a desinhibición, pero es significativa su percepción de la sociedad en la que fue publicada.

Pioneros:

Philip J. Farmer (1918)

Fue el primer autor del género que trató el sexo de forma abierta

Los amantes (1952), su primera novela de ciencia ficción y obtiene por ella el premio Hugo después de ser rechazada por John W. Campbell por su temática subida de tono. En España no fue publicada hasta 1961.

La imagen de la Bestia (1968) puede ser considerada pornográfica.

Robert A. Heinlein (1907 - 1988)

Forastero en tierra extraña (1961) llegó a convertirse en una especie de Biblia hippie debido a su tratamiento liberal de los aspectos sexuales de las relaciones interpersonales. Se publicó en España mucho más tarde.

Mencionar que, pese a Forastero... y a la actitud de los personajes de Heinlein (hay a menudo una tensión sexual más que notable entre el héroe y la heroina) las descripciones que el autor hace de ellos (seres casi perfectos, fuertes, sanos, asertivos...) resulta alejada de la idea del sexo como algo común entre personas normales. Uno se imagina que sus cópulas tienen que ser gestas heroicas, sin lugar para fluídos viscosos o torpezas.

Theodore Sturgeon (1918 - 1985)

Sus relatos suelen profundizar en el aspecto humano, independientemente del entorno en el que los sitúe. Fue, junto a Philip J. Farmer, uno de los primeros en abordar abiertamente el tema del sexo dentro de la ciencia ficción.

Asunción / apertura sexual

Philip K. Dick (1928 - 1982)

Los protagonistas distan mucho de ser héroes. Son simples hombres y mujeres movidos por las más elementales pasiones humanas: amor, sexo, poder, y dinero.

Samuel R. Delany (1942)

Su literatura trata principal y abiertamente del sexo, con pasajes explícitos que han sido catalogados de pornográficos.

Factor social:

Ursula K. Le Guin (1929)

Ha tratado en sus novelas la importancia de la identidad sexual como uno más de los factores que conforman las sociedades.

La mano izquierda de la oscuridad (1969): A Genry, el protagonista, le resulta difícil asimilar la ambigüedad sexual de los guedenianos y trata siempre de asignarles un sexo determinado. El cambio morfológico que el periodo de celo introduce en ellos desconcierta a Ai.

Hipismo / década de los 70:

  • Mundoanillo: Uno de los personajes, una nativa de Mundoanillo, viajaba en una nave siendo su función la de "desahogo" sexual de los tripulantes masculinos, para lo que había sido muy bien entrenada. En un momento de la novela mantiene relaciones sexuales con el protagonista y se ríe de su sociedad por ser sexualmente torpe.
  • Zardoz (Película 1974)
  • El engendro mecánico (1977)
  • Pórtico (1977) de Frederick Pohl. No hay escenas explícitas de sexo, pero sí una gran promiscuidad y una total aceptación de la orientación homosexual.

Ciberpunk:

Este género trata el sexo sin tapujos y a veces con excesiva instrumentalización. El sexo es un recurso y una posibilidad de manipulación. El antiheroico protagonista tiene encuentros sexuales normalmente sórdidos. Se menciona habitualmente también el sexo virtual, que en el futuro será casi una inevitabilidad cotidiana, el desarrollo lógico de las actuales tendencias sexuales que está promoviendo la red.

  • Neuromante (Molly alquila su cuerpo, algún otro pasaje)
  • El cortador de césped (escena de sexo virtual)

Actualidad:

Aún no está completamente admitido en todos los sectores de la sociedad como algo natural. Por ejemplo, se intentó censurar el capítulo Amazonas con ganas de la serie de dibujos animados Futurama: temporada 3.

En el lado opuesto, frecuentemente es incluido en las obras como simple reclamo, con escenas de sexo más o menos explícito que nada tienen que ver con la historia ni aportan nada a la comprensión de los personajes. Por ejemplo El efecto mariposa 2.

Poner el ejemplo de la ambigüedad del personaje de Chris Tucker en El quinto elemento (superverde). Parece el típico mariquita loca, pero es,al menos, bisexual, ya que durante el vuelo a Floxon se liga a una azafata de la nave.

Mitos:

Heroinas fantaeróticas: Alfonso Azpiri, Lorna.

Princesa Leia.

España:

Censura:

Varias obras relevante, debido a su contenido sexual, sufrieron retrasos en su publicación en España. Los amantes, Forastero en tierra extraña...

El destape:

El mensaje perdido (1991), de César Mallorquí. A imitación de la obra de Heinlein, el protagonista experimenta un aprendizaje en diversos sentidos, entre ellos el sexual.

Iberia Inc. (1996), de Rafael Marín y Carlos Pacheco. Un cómic que sigue la estela de las heroinas fantaeróticas.

Actualmente, muchas obras literarias escritas en España tienen un elevado contenido sexual. Por ejemplo Madrid, de Daniel Mares, o Crónicas de Malham, de Ángel Luis Miranda Barreras.

Segundo esquema:

Introducción:

Resulta llamativo que el género de la ciencia ficción, tan dado a investigar las implicaciones de los desarrollos científicos y tecnológicos en diferentes aspectos de la sociedad, haya sido tan pacato en lo que a la sexualidad se refiere.

Por supuesto, existen casos como los de Philip J. Farmer, o Samuel R. Delany, cuya literatura ha sido a menudo clasificada de pornográfica, pero han sido más bien excepciones dentro de un género, por lo demás, asexuado. Incluso cuando estos autores comienzan a tratar el sexo es ya en un época realtivamente tardía (años '50 para Farmer y segunda mitad de los '60 para Delany).

Ciencia ficción literaria:

Edad de oro, de plata y anteriores (hasta finales de los años '40):

En los primeros tiempos de la ciencia ficción el sexo brillaba por su ausencia. Eran tiempos en los que la sociedad se regía por normas morales mucho más estrictas y en las que, no ya escenas explicitas, sino un simple erotismo subido de tono resultaría inaceptable.

Además, hay que tener en cuenta que buena parte de la ciencia ficción que se publicaba en las revistas pulp de aquella época estaba orientada a un público juvenil, por lo que el principal componente de las historias era la aventura. En este tipo de publicaciones había lugar para el romance entre el héroe y la dama en apuros, pero no para el sexo. De esa forma, aunque en las novelas de Barsoom de Edgar Rice Burroughs los personajes permanezcan desnudos, los amores son platónicos, los amantes yacen juntos sólo tras el matrimonio y el sexo no se menciona en ningún momento.

La omisión del sexo alcanzaba, en ocasiones, niveles flagrantes. Por ejemplo, en El último hombre, publicada en enero de 1929 en amazing Stories, no hay hombres por lo que las mujeres se vuelven asexuadas. Resulta interesante comparar este relato con Houston, Houston, ¿me recibe?, escrito por James Tiptree Jr. y publicado en 1976. En este segundo relato los hombres han desaparecido también, pero esto no hace que las mujeres renuncien al sexo, sino que el lesbianismo es la forma habitual de sexualidad.

Aunque, por supuesto, hay excepciones como Las ciudades de Ardathia, en la que la monogamia es tan aceptable como la poliandria, pues la forma de matrimonio viene dictada por una máquina pensante que dirige la sociedad.

La edad de oro, que se inicia con la llegada de John W. Campbell a la dirección de Astounding, supuso un cambio notable en el enfoque de las historias. Éstas dejaron de centrarse en la aventura para tomar un cariz mucho más especulativo y con un mayor rigor científico. Sin embargo, esto no supuso la aceptación del sexo como elemento de especulación.

Tomemos como ejemplo los dos principales autores de Campbell en esta época: Heinlein y Asimov.

El primero dibujaba unos personajes casi perfectos: sanos, inteligentes, arrojados... las mujeres protagonistas de las obras de Heinlein son siempre hembras perfectas que acompañan y apoyan al protagonista. Pero aunque existe una marcada tensión sexual entre ambos, Heinlein no da lugar a escenas que hagan pensar siquiera en el sexo real (sucio, lleno de fluídos, gratificante pero frustrante en ocasiones...), sino más bien en un sexo atlético y limpio dirigido a la procreación de seres tan perfectos como sus progenitores.

En los relatos de Asimov, por el contrario, las mujeres no aparecían y, cuando lo hacían, eran personajes como la doctora Susan Calvin: llenos de características masculinas, por lo que el sexo quedaba definitivamente obviado.

Apertura sexual (hasta principios de los '60):

En los últimos años de la edad de plata se apuntaba ya un cierto cambio en las inquietudes de los autores.

En 1948 George Orwell publica 1984. No es que en la novela haya escenas de sexo explícito, pero en ella se critica la represión sexual como una de las formas en las que se oprime al individuo y se recortan sus libertades. El primer autor en tratar el sexo de forma explícita fue Philip J. Farmer en su novela Los amantes (1952), novela ganadora de un Hugo y rechazada por Campbell por su contenido subido de tono. En ella el protagonista se enamora de una alienígena que adopta forma humana para seducirle y el sexo aparece de forma explícita. En 1961 Heinlein publica Forastero en tierra extraña, considerada una de las biblias del movimiento hippy debido a su tratamiento liberal de los aspectos sexuales de las relaciones interpersonales.

Esta es también la época en la que comienza a escribir Philip K. Dick. No es que las escenas de sexo explícito abunden en su obra (aunque las hay), pero su tratamiento de los personajes es muy distinto al de los autores de épocas anteriores. Los personajes de Dick son hombres y mujeres normales en los que cabe suponer que el sexo sea un motor de su comportamiento, como lo es para todos nosotros.

Nueva ola (desde finales de los '60):

La nueva ola, iniciada por Michael Moorcock en la revista británica New Worlds a finales de los '60, supuso una ruptura clara respecto a los esquemas del género en las épocas anteriores.

Los nuevos autores de esta época tienen nuevas inquietudes y su ciencia ficción se aleja definitivamente de la Space Opera y centrándose en temas más cercanos. Estos nuevos autores han crecido en una sociedad posterior a la Segunda Guerra Mundial y han visto el nacimiento del movimiento hippy. Sus ideas, por lo tanto, son muy diferentes de las de los autores de épocas anteriores.

Para esta nueva hornada de autores la sexualidad es una parte más del comportamiento humano, y una muy importante. De esta forma, en la novela de Harry Harrison ¡Hagan sitio, hagan sitio! (1966) la protagonista femenina es la amante de un ricachón muerto sin que el protagonista la juzgue de forma despectivami le impida enamorarse de ella; en Mundo Anillo (1970) Larry Niven incluye entre la tripulación de una nave espacial a una mujer cuya función es servir de desahogo sexual para los tripulantes masculinos, tarea para la cual ha sido entrenada; en Pórtico (1977) de Frederik Pohl el sexo es un pasatiempo habitual dentro de las naves en los largos viajes sin nada mejor que hacer.

Por lo tanto, en esta época el sexo es algo normal y común, uno más de los aspectos de la vida humana y ni mucho menos uno de los menos importantes.

Como anécdota, cabe indicar también que, en esta época, la revista Playboy publicó una serie de relatos de ciencia ficción en los que, como es lógico, se dio a los autores mucha mayor libertad para tratar el sexo.

Ciberpunk (años '80):

El tramiento que el ciberpunk ha hecho del sexo ha sido, en ocasiones, escabroso.

De esta forma, en Neuromante (1984), de William Gibson, Molly, uno de los personajes principales, alquiló en el pasado su cuerpo para ejecutar programas de sexo en "casas de muñecas", burdeles en los que las chicas actúan según los programas sin tener control consciente de su cuerpo ni recuerdo alguno después de la sesión. Molly cuenta en la novela que, en cierta ocasión, se despertó en mitad de una sesión para encontrarse en la cama con un senador y cubierta con la sangre de una chica muerta. En esta misma novela, uno de los personajes secundarios mantiene clones de sus hijas a los que induce autismo; tras mantener relaciones con ellos los mata.

Por supuesto, no todo el sexo del ciberpunk es tan brutal. El mismo Gibson muestra en Neuromante y en otros relatos escenas de sexo mucho más naturales.

Lo que se deja ver en este subgénero es el sexo como algo habitual, desprovisto a menudo de cualquier implicación sentimental pero, en ocasiones, demasiado instrumentalizado o rebuscado. Es como si, tras la ingenuidad o pacatería de épocas anteriores, el género se hubiera pasado al otro lado sin detenerse en el término medio.

Esto hay que entenderlo también dentro de las características del ciberpunk. Éste se encuentra muy cerca de la novela negra, con la que comparte escenarios y temáticas a menudo sórdidas. En este contexto, la ambientación en burdeles, los juguetes sexuales y los vicios retorcidos son elementos estéticos muy impactantes y, dado que el ciberpunk es tanto una corriente estética como cultural, estos elementos aparecen en él de forma inevitable.

Actualidad (desde los '90):

Hoy en día, una vez asimilada la aportación de la contracultura ciberpunk, el tratamiento del sexo vuelve a cauces más normalizados. Los autores parecen estar haciendo un repaso de las corrientes anteriores para adaptarlas a un presente en el que la sexualidad parece mejor asumida.

Algunas obras postciberpunk no han desdeñado los recursos descubiertos, pero ya no se han centrado en las aberraciones a las que puede conducir su uso sin restricciones, sino en sus posibilidades de enriquecimiento, mostrando un aumento de la variedad en la sexualidad de los personajes e incluso de los protagonistas.

Por ejemplo, en Ghost in the shell, tanto en algunas escenas del cómic como en secuencias breves de la serie de televisión, se deja entrever que la protagonista, la mayor Kusanagui, mantiene relaciones lésbicas cuya intensidad en amplificada por los posibilidades de su cuerpo cibernético. Por supuesto, no es la primera ocasión en que podemos encontrar un protagonista con inclinaciones homosexuales ni tampoco la primera vez en que los implantes y las extensiones son utilizadas para mejorar las relaciones sexuales; pero la naturalidad en estas escenas, desprovistas de sordidez o vouyerismo, constatan que nos encontramos en un estadio diferente.

Parece que la ciencia ficción que se decide a abordar este tema se recupera de la fiebre exploradora anterior, alejándose un poco de la abundancia de escenas escabrosas. El sexo aparece con frecuencia en casi todas las novelas, pero los autores (sobre todo dentro de la más madura literatura anglosajona) no lo tratan ya con una intensidad especial, sino que la mantienen asumido como una faceta más de sus personajes.

Medios gráficos:

En los medios gráficos, por su misma naturaleza, el sexo o, al menos, el erotismo, pueden hacer acto de presencia sin tener interferencia clara con la historia.

Cine:

Propongo un desarrollo cronológico, pero no sé si subdividir por periodos como se he hecho en la cf literaria.

Televisión:

Numerosas series de ciencia ficción han empleado el sexo o, al menos, el erotismo como reclamo. De esta forma, a menudo las series figuran un futuro lleno de gente atractiva vestida con trajes ajustados. Esto, por supuesto, no significa que el sexo fuera tratado de forma seria. El hecho de que muchas de las series de ciencia ficción hayan estado dirigidas a un público infantil y juvenil ha sido a menudo la causa de este tratamiento tan superficial.

Basta echar un vistazo a las primeras temporadas de la serie Star Trek para darse cuenta de ello. La serie no plantea escenas sexualmente explícitas ni pretende dar tratamiento alguno al tema de la sexualidad. Pese a ello, el capitán James T. Kirk se nos presenta como un galán seductor de exoticas alienígenas y los ajustados trajes de la teniente Uhura se convirtieron en un icono erótico de la época. Pese al tratamiento superficial y frívolo que las primeras temporadas de esta serie dio al sexo, hay que destacar que fue uno de sus episodios, Los hijastros de Platón, emitido en 1968, en el que se vio el primer beso interracial de la televisión (precisamente entre Kirk e Uhura).

Esta situación no cambiaría mucho en varios años. Ejemplos de ello los tenemos en las series de los '80 y '90 como V (con la invasora Diana como claro ejemplo de villana atractiva y letal), Expediente X o Stargate. En todas ellas podemos ver a protagonistas atractivas que, sin duda, sirven de gancho para un público adolescente masculino. Sin embargo, aunque a menudo existe una cierta tensión sexual entre éstas protagonistas y el principal protagonista masculino, las series se mantienen siempre dentro de los límites de lo tradicionalmente correcto.

Obras posteriores, sin embargo, sí han hecho un tratamiento más abierto. Ejemplos de ello serían Firefly, serie en la que uno de los personajes es una cortesana, o Galáctica, en la que el sexo es tratado con cierta naturalidad (hombres y mujeres de la tropa comparten espacios comunes como dormitorios, vestuarios o duchas y las relaciones esporádicas son frecuentes y, salvo que impliquen a personajes principales, carecen especial importancia), aunque hay también algunas escenas algo más truculentas (especialmente algunas de las protagonizadas por el Dr. Gaius Baltar y la Número 6.

Pese a ello, esto no significa que el sexo haya sido definitivamente aceptado. Buena prueba de ello es que se intentó censurar el capítulo Amazonas con ganas de la tercera temporada de la serie de dibujos animadosFuturama.

Cómic:

Heroínas fantaeróticas.

Ilustraciones:

Se ha mencionado arriba la asexualidad de las historias que se publicaban en las revistas pulp. Sin embargo, ésta asexualidad choca con el marcado erotismo de muchas de sus portadas.

Hay que recordar que en los años '30 y '40 comienza la época dorada de las pin-ups, que protagonizaban las portadas de revistas y calendarios y cuyas imágenes adornaban las taquillas de los soldados. En este entorno, que las revistas pulp ilustraran sus portadas con hermosas mujeres no es, ni mucho menos, extraño.

Estas portadas mostraban a chicas apenas vestidas con ropas finas que bien podían estar perfectamente ajustadas a su cuerpo o ser como gasas que transparentaban su silueta o, incluso, podían aparecer totalmente desnudas, aunque en este caso objetos secundarios de la portada estratégicamente colocados ocultaban los pechos y el púbis.

A menudo representaban la escena en la que el héroe aparecía para matar al monstruo mientras la dama en apuros, que aparecía totalmente atada a punto de ser vejada por éste (por el monstruo, entiéndase). Otras escenas corrientes eran damas en apuros corriendo u ocultándose con las ropas desgarradas, villanos sentados en tronos y rodeados de bellas mujeres, o el héroe atrapado por hermosas villanas.

Como se ve, estas portadas podían indicar claramente cuál era el papel de la mujer en la ciencia ficción de la época, pero su marcado erotismo no se correspondía con el de las historias que se publicaban en las páginas interiores.

Homosexualidad (Apartado dentro de "Sexo..."):

Artículo principal: Homosexualidad en la ciencia ficción

Si la sexualidad normal ha sido tabú dentro del género, la homosexualidad, por motivos obvios, lo ha sido también, y de una forma mucho más intensa.

Aunque hay algunos casos puntuales (algunos tan tempranos como Odd John, de Olaf Stapledon en 1935), no es hasta los años '70, en plena nueva ola que la homosexualidad es tratada de forma natural por autores como Samuel R. Delany (sin duda motivado por su propia condición de homosexual). Antes de esta época, los homosexuales, cuandoa parecían, eran villanos retorcidos, identificando homosexualidad con perversión.

En el cine la aceptación de la homosexualidad es, incluso, más tardía. Aunque la homofobia está mal vista ya desde finales de los '80, la dificultad y el gran riesgo económico que supone lanzar una película ha hecho a los productores reacios a aceptar este tipo de riesgos. Por otra parte, no hay que olvidar que buena parte del cine que se consume es de origen estadounidense, país en el que siguen rigiendo principios morales ultraconservadores en muchas regiones.

En España:

En españa la apertura sexual fue mucho más tardía. En la época en que la corriente principal de la ciencia ficción empezaba a abrirse al tema, España estaba sumida en una dictadura cuya censura impedía la publicación de estos materiales. De esta forma, Los amantes (1952) no fue publicada en España hasta 1961, y Forastero en tierra extraña (1961) hasta 1981 Según Términus Trántor ¿Hay referencias de ediciones anteriores?.


Homosexualidad (Artículo propio):

Si el tratamiento de la sexualidad en la ciencia ficción ha sido esquivo, el de la homosexualidad lo ha sido mucho más, si cabe. Obviamente, los tabús y prejuicios que rodean a esta orientación han sido siempre mucho más intolerantes. A fin de cuentas, el sexo heterosexual siempre ha estado admitido (siempre que se mantuviera dentro de lo que el decoro ordena), mientras que la homosexualidad ha sido considerada una aberración contra natura.

En la literatura:

Edad de oro, de plata y anteriores (hasta principios de los '60):

Evidentemente, el héroe de un relato de los años '20 ó '30 no podía, de ninguna forma, no ser un varon caucasiano de virilidad indiscutible. Por otra parte, al estar dirigidos a un público infantil y juvenil, los editores intentaban proteger a sus lectores evitando que se contaminaran con ideas perniciosas. A medida que los propios lectores fueron creciendo, algunas historias comenzaron a introducir personajes homosexuales, si bien se trataba de villanos débiles y retorcidos que, invariablemente, eran vencidos por un héroe heterosexual.

El primer ejemplo de homosexualidad se encuentra, probablemente, en Odd John (1935), de Olaf Stapledon. El protagonista es un mutante con extraordianrios poderes psíquicos que no se encuentra limitado por las restricciones morales de su sociedad. Así, mantiene relaciones con su propia madre y seduce a un chico mayor que él.

En los años '50 escritores como Philip J. Farmer y Theodore Sturgeon se atrevieron a introducir pasajes sexualmente más explícitos y, en 1953, Sturgeon publica el relato El mundo bien perdido en el que aparecen humanos y alienígenas homosexuales. En 1955 Charles Beaumont publica en Playboy el relato The Crooked Man en el que la superpoblación ha alejado a la humanidad de la heterosexualidad e inhumanos homosexuales oprimen a la minoría heterosexual. En 1960 el mismo Sturgeon publica Venus más X, en el que aparece una sociedad de sexo único en la que la homofobia del protagonista es retratada de forma desfavorable. En 1962 Anthony Burgess publica The Wanting Seed, en la que la homosexualidad es obligatoria para acceder a un cargo oficial.

Nueva ola (desde finales de los '60):

Del mismo modo que la nueva era significó la aceptación de la sexualidad, la homosexualidad comenzó también a ser tratada con mayor naturalidad y tolerancia.

Samuel R. Delany es uno de los autores que más han indagado en la homosexualidad (sin duda, motivado por su propia condición de homosexual). Nova (1968) es la primera novela de ciencia ficción protagonizada por un homosexual. En Babel 17 aparecen también relaciones homosexuales, si bien dentro del marco de un "matrimonio" formado por una mujer y dos hombres. En Dhalgren (1975) representa múltiples formas de sexualidad y es una de las primeras obras en incluir escenas gays sexualmente explícitas.

Pero, por supuesto, Delany no es el único en tratar el tema.

En 1969 Ursula K. Le Guin publica La mano izquierda de la oscuridad, en la que aparecen unos humanos andróginos. A Genry, el protagonista, le resulta difícil asimilar la ambigüedad sexual de los guedenianos y trata siempre de asignarles un sexo determinado. El cambio morfológico que el periodo de celo introduce en ellos desconcierta a Ai. Del mismo modo que Forastero en tierra extraña, de Heinlein se convirtió en una bilbia hippy de la sexualidad, en Tiempo para amar (1973), también de Heinlein, el protagonista principal hace una dura defensa de la libertad homosexual. En Houston, Houston, ¿me recibe? (1976) James Tiptree Jr. relata una sociedad compuesta sólo por mujeres (los hombres han desaparecido) en la que el lesbianismo es totalmente común.

En Pórtico (1977), de Frederik Pohl, el sexo es algo habitual (de hecho, es una distracción frecuente durante los largos viajes) y no hay discriminación alguna hacia los homosexuales. En uno de estos viajes el protagonista se embarca con una pareja de homosexuales y si no participa en sus relaciones es porque no se siente atraído por ellos, no por rechazo o prejuicios. Pese a ello, este viaje resulta de alguna forma traumático. En las sesiones de psicoanálisis que sigue el protagonista, su terapeuta consigue extraerle recuerdos reprimidos. De estos recuerdos se sabe que para el protagonista el sexo anal es la única forma que entiende de expresar el amor.

Despues de la nueva ola:

Tras la ruptura de las ataduras dada en la nueva ola, la literatura de ciencia ficción posterior ha tratado el tema de forma natural (si bien no especialmente abundante). Como diferencia principal respecto a la época anterior es que, tras la década de los '80, la homofobia dejó de resultar aceptable para la mayor parte de los lectores.

En el cine:

En el cine el tratamiento de la homosexualidad ha sido mucho más escaso y superficial.

Esto, sin duda, se debe a la naturaleza del negocio del cine. Mientras que en la literatura basta un autor y un editor valientes para sacar una novela transgresora, en el cine, debido a la duración, complejidad y precio de la realización, es más difícil apostar por una empresa arriesgada.

Por otra parte, si un cierto erotismo heterosexual puede atraer al público adolescente, no ocurre lo mismo con la homosexualidad. Por esta razón es posible ver a Carrie Fisher escasamente vestida en El retorno del Jedi (escenas que constituyen todo un icono erótico) pero no hay nada análgo con un componente homosexual.

Mencionar V de vendetta. Ahora mismo, no se me ocurre dentro del género ninuna otra película que critique tan abiertamente la homofobia... ¡y es de 2005! Tiene que haber algo anterior.

Cómic:

Mencionar el lesbianismo de las heroínas fantaeróticas relacionándolo no con una auténtica liberación o tolerancia sexual, sino dentro del marco de las fantasías masculinas.