El día en que la Tierra se incendió

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El día en que la Tierra se incendió
Ficha técnica
Título original: The day the Earth caught fire
Nacionalidad: Reino Unido
Estreno 1: 23 de noviembre de 1961
Duración: 98 min.
Ficha artística
Dirección: Val Guest
Guión: Volf Mankowitz y Val Guest
Producción:
Fotografía: B/N Harry Waxman
Música: Stanley Black
Reparto: Janet Munro, Leo McKern, Edward Judd...
Información suplementaria
Otros datos: Dirección artística: Anthony Masters
Imdb: Ficha en Imdb
Notas:
  1. Fecha de primer estreno. No tiene por qué coincidir con el estreno en salas comerciales o emisión en abierto; puede ser en premieres, festivales u otras formas de distribución reducida o exclusiva.

Val Guest (1961)

Val Guest (1961)

El día en que la Tierra se incendió es una película inglesa, producida por Val Guest, que se posiciona claramente en contra de la proliferación de las armas atómicas, una carrera por el desarrollo de bombas cada vez más poderosas a la que el mundo asistía dividido entre los que contemplaban el hongo atómico fascinados por el poderío humano, quienes temían este terrible poder en manos del “enemigo” (es decir, los comunistas) y quienes simplemente estaban horrorizados por la misma descabellada competición.

Entre los últimos se encontraban presumiblemente los miembros del equipo realizador de esta película.

Premisas de ciencia ficción:

Lo cierto es que la rivalidad entre las grandes naciones, representada eminentemente por la oposición del capitalismo estadounidense contra el comunismo soviético, era digna de ser temida. Pero los peligros asociados a las explosiones atómicas eran fuente de numerosas inexactitudes, exageraciones o minimizaciones temerarias, desconocimiento general.

En este caso, las premisas que dan pie a las elucubraciones de la película son equivocadas. Se argumenta que la explosión simultanea de dos enormes bombas atómicas, una detonada por los Estados Unidos y otra por los rusos, produce una alteración sustancial de la inclinación del eje terrestre.

Esto es descabellado. Ni siquiera la detonación de miles de estas bombas producirían una alteración significativa en ninguno de los parámetros de movimiento de la Tierra, sea rotación, traslación o inclinación axial. Teniendo en cuenta la masa y la enorme inercia terrestre, tratar de moverla mediante explosiones atómicas sería como pretender variar la trayectoria de un tren arrojándole un diminuto petardo.

Ahora bien, una vez asumida y perdonada esta incorrección científica, el desarrollo de la película es bastante coherente e interesante, tanto en lo que se refiere a sus personajes protagonistas como en la evolución del escenario social.

La alteración de la inclinación del eje terrestre produce variaciones en las estaciones, el tiempo se vuelve impredecible. Inundaciones, olas de calor, ciclones… Londres se vuelve tropical, el agua empieza a escasear, los incendios se adueñan de los parques nacionales, el escenario se vuelve apocalíptico.

En este sentido, El día en que la Tierra se incendió es una de las primeras películas de reivindicación ecológica. El hombre manipula fuerzas y recursos de manera irresponsable y en consecuencia la naturaleza se vuelve hostil; puede que incluso el hombre cause su propia destrucción y la de toda la vida en el planeta.

Artísticamente:

Como la mayoría de las producciones de Val Guest, se trata de una película que juega con un presupuesto muy ajustado que debe suplir sus carencias técnicas con ingenio y algo de buena suerte.

Es una muestra de ingenio, por ejemplo, la elección de imágenes documentales para ilustrar la proliferación de catástrofes ecológicas. Imágenes de documental que quedan bastante bien integradas gracias al uso adecuado de la tonalidad en la fotografía en blanco y negro. Fotografía en blanco y negro que permite también el retoque de los fotogramas para añadir efectos especiales como los de la niebla, mediante la sencilla técnica de pintar encima (técnica usada con gran éxito por Disney en El planeta prohibido (1956), por ejemplo). Hay que reconocer también la labor del guionista, que ofrece una historia dotada de profundidad sin tener que extenderse demasiado en las explicación de las motivaciones personales.

Una muestra de buena suerte (o de buen ojo por parte del director) es la elección de los protagonistas principales. Leo McKern, que interpreta al periodista protagonista, es casi un desconocido pero tiene una gran presencia en pantalla. Nada desdeñable tampoco, es la actriz Janet Munro, que interpreta a una chica joven e independiente, no la simple partenaire del héroe. La forma en que se plantea y desarrolla el romance entre ambos es poco habitual y pone en un mismo nivel al hombre y a la mujer, algo notable en este tiempo. Por otra parte, la gran sensualidad de algunas escenas en las que la actriz aparece con escasa ropa, suponen también un atrevimiento notable, un principio de revolución sexual.

Una película muy recomendable.

Premios:

Obtenidos:

Finalista:

  • 1963: Premio Hugo a la mejor representación dramática