Enciende una vela solitaria
Enciende una vela solitaria | |
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Autor: | Víctor Conde |
Otros títulos: | |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | Enciende una vela solitaria |
Revista o libro: | Terra Nova |
Editorial: | Sportula |
Fecha | Diciembre de 2012 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Terra Nova |
Otros datos: | |
Saga: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
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Víctor Conde (2012)
Es un relato breve narrado de forma atropellada, tratando de dar realismo a la situación de acción en la que se encuentra el personaje.
Las premisas:
El relato imagina un futuro en el que las redes sociales han alienado al ser humano destruyendo su individualidad. En el futuro que imagina Conde, los seres humanos poseen implantes cerebrales que les permiten acceso directo a la red y, a través de ella, a la personalidad común del grupo al que pertenecen. Los seres humanos no caminan solos, sino en grupos de personas que son el verdadero individuo.
El protagonista es uno de los últimos humanos individuales que consigue sobreponerse a la incesante presión de las llamadas de las redes en su cabeza (él también tienen el implante) mediante el uso inmoderado de drogas psicodélicas.
El relato:
Como ya se ha dicho, Conde intenta sumergir al lector en la acción con un lenguaje atropellado que pretende evidenciar el estado alterado del protagonista, con párrafos lanzados como machetazos, reflexiones interrumpidas en mitad de la frase por párrafos de acción y retomadas en el mismo punto.
Aunque el efecto es interesante hay, quizá, un abuso del recurso, especialmente al principio (o es especialmente evidente al principio, cuando el lector no se encuentra todavía habituado a este ritmo de narración).
Por otra parte, aunque la reflexión acerca de las redes sociales es más que necesaria (y debería ser un tema más habitual en la ciencia ficción, que parece adoptarlas como un elemento más del escenario sin profundizar en ellas), la caricatura exagerada que hace Conde en este relato, irónicamente, aleja la posibilidad de una reflexión seria y real. Conde desestima profundizar en lo especulativo de las premisas para construir un relato de aventuras y terror. En estas circunstancias, el contexto del relato, la sociedad a la que se hace referencia, es más un paisaje de fondo que un escenario sólido, un postapocalipsis demoniaco en el que el protagonista se desplaza con un objetivo fijo, como en un videojuego.
Se trata, en resumen, de un relato interesante, pero que aborda un tema con más potencial del que realmente ha aprovechado.