Instinct (Crowded House)

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Instinct (Crowded House)
Director del vídeoclip: Jeff Darling
Autor de la canción: Crowded House
Álbum: Recurring Dream
Primera emisión: 1996
Vídeoclip: Videoclip en YouTube
Otros datos: Productor: Black
Editor: Karl Marks

Jeff Darling (1996)

Instinct fue el single promocional y una de las tres canciones inéditas de Recurring Dream, el disco recopilatorio de grandes éxitos del grupo australiano Crowded House.

El vídeo, dirigido por Jeff Darling, nos presenta una historia con dos alienígenas caídos a la Tierra durante una persecución.

Al principio del videoclip y antes de que se inicie la música, vemos dos platillos volantes persiguiéndose. Al estrellarse el primero, con el primer acorde de guitarra, sale despedido el primer extraterrestre, de piel dorada y ataviado con un traje de vaquero todo en negro. Poco después se estrella el segundo platillo y aparece el segundo extraterrestre, también de piel dorada y ataviado de negro, pero a la moda rusa.

Los extraterrestres parecen desorientados: el vaquero confunde a los coches con animales salvajes a los que echa el lazo para moverse por la ciudad; la rusa experimenta una serie de encuentros con humanos, hombres y mujeres desconcertados por su exótica belleza que, obedeciendo a un instinto, la besan en los labios.

Finalmente, los dos extraterrestres coinciden en la sala de un hotel junto con otros varios aliens. Sentados uno junto al otro, la rusa roba un beso al vaquero que, sorprendido, se aparta.

Aunque el videoclip parece haber sido repudiado por el grupo (resultó desechado de la recopilación de vídeos del mismo), lo cierto es que juega con una notable estética y con un concepto habitual en la ciencia ficción, el hipotético choque cultural de un visitante del espacio exterior que se quisiera hacer pasar por humano, y lo pone acertadamente al servicio de la temática de la canción.

La letra sugiere la posibilidad de volver a enamorarse o, al menos, de volver a sentir ese impulso casi irresistible hacia una persona. Diversas metáforas sugieren que hay que dejar las cargas en el pasado y atreverse a dar el paso, con toda la sensación de vulnerabilidad y nerviosismo que eso conlleva.

Nuestra extraterrestre rusa aprende eso de sus encuentros con los humanos y cuando encuentra a su homólogo vaquero, cede al impulso de besarle. Aunque es rechazada, podemos ver en su cara que no se arrepiente. La metáfora sugiere que, lanzados a este curioso juego, es normal sentirse un poco como un extraterrestre inexperto, pero que el riesgo -e incluso el fracaso- merece la pena.