Io

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Nota: Este artículo se refiere a la luna de Júpiter. Para otros usos ver Io (Desambiguación).

Io Tierra
Características físicas
Diámetro del ecuador (km): 3.643,2 12.756,28
Periodo de rotación: 1 d 18 h 23 h 56 min
Masa (kg): 8,94 × 1022 5,97 × 1024
Densidad (g/cm3): 3,55 5,51
Gravedad superficial (m/s2): 1,81 9,81
Velocidad de escape (km/s): Se desconoce 11,19
Inclinación axial (º): 0 23,45
Temperatura (K):
Mínima:
Media:
Máxima:
-
130
-
182
282
333
Características orbitales
Radio medio (km): 0,422 × 106 148,50 × 106
Excentricidad: 0,041 0,0167
Periodo de traslación: 1 d 18 h 365 d 6 h
Otros datos
Principales satélites: Es satélite de Júpiter
Atmosfera Despreciable
En la ciencia ficción
Principales obras: Atmósfera cero
¡Tigre! ¡Tigre!

El Io real:

Io es el más interno de los cuatro satélites galileanos que orbitan Júpiter. Los otros tres son Europa, Ganímedes y Calisto.

Su radio orbital es de casi 421.800 kilómetros, la tercera luna más grande del Sistema Solar, y recorre su órbita en un día y 18 horas.

Ío es el cuerpo con la actividad volcánica más intensa del Sistema Solar debido a las fuerzas de marea de Júpiter con las lunas Europa y Ganímedes, con las que está en resonancia orbital. Sus volcanes expulsan dióxido de azufre que queda orbitando la luna en un fino anillo. Parte de este dióxido de azufre es posteriormente ionizado y atrapado en la magnetosfera de Júpiter. Arrastrado por el campo magnético se precipita en el planeta, dando lugar a intensas auroras.

Si bien la temperatura media en su superficie es de -143 ºC, la lava que emerge de sus más de 400 volcanes es la más caliente del Sistema Solar, con unos 1650 ºC. Esto proporciona zonas con un interesante gradiente de temperatura, pero la ausencia de agua hace que esta luna no se considere compatible con la vida, aunque quizás sí que pudo tenerla en un lejano pasado.

Ío en la ciencia ficción:

La visión de Ío dentro de la ciencia ficción ha variado conforme se acumulaba conocimiento sobre el mismo.

En ¡Tigre! ¡Tigre! (Las estrellas mi destino) (1956), de Alfred Bester, lo encontramos como uno de los siete Satélites Exteriores colonizados que se han unido en guerra contra los Planetas Interiores. Bester desconocía por entonces la imposibilidad de subsistencia para los seres humanos, al menos, tal y como los conocemos.

Isaac Asimov, en Lucky Starr y las lunas de Júpiter (1957), nos presenta un Ío con una tenue atmósfera de metano y una superficie cubierta por nieve y hielo, e incluso ríos líquidos de amoniaco.

En la película 2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968), Bowman descubre, orbitando esta luna, un monolito que resulta ser un portal, la entrada a un agujero de gusano que le llevará a entrar en contacto con los creadores de los monolitos. En este caso, el viaje espacial requerido es una mera prueba de aptitud, una manera de medir la madurez de la raza humana.

Pese a estar inmerso dentro de la magnetosfera de Júpiter, lo que lo convierte en uno de los lugares menos hospitalarios del Sistema Solar, Ío es el escenario de Atmósfera cero (1981), un curioso remake de Sólo ante el peligro.

Más recientemente, en ciencia ficción española, José Antonio Cotrina describe en Mala racha (2000) un Ío más real, ígneo, repleto de volcanes activos. Esta característica, aunque lo hace técnicamente "incómodo", no lo convierte inhabitable, dado que la humanidad hace siglos que ha abandonado sus débiles cuerpos biológicos y ha adoptado otros prostéticos. Además, la gran energía desprendida por los volcanes lo convierten en un candidato ideal para instalar estaciones energéticas que recolecten el calor.

También en la película IO (Jonathan Helpert, 2019) se nos sugiere esta luna de Júpiter como un posible destino para la colonización humana, gracias a la posibilidad de explotación de sus recursos geotérmicos.

Sistema Solar

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