La era de la Luna

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La era de la Luna
Autor: Jack Williamson
Otros títulos:
Datos de primera publicación(1):
Título original: The moon era
Revista o libro: Wonder Stories
Editorial: Hugo Gernsback (Editor)
Fecha Febrero de 1932
Publicación en español:
Publicaciones(2): La edad de oro de la ciencia ficción
Otros datos:
Saga:
Premios obtenidos:
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación [{{{URL-3F}}} Ficha]
ISFDB [{{{URL-ISFDB}}} Ficha]
Otras fuentes {{{URL-OtrasFuentes}}}
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Jack Williamson (1932)

Como tantas historias de las revistas pulp, este relato plantea un hipotético descubrimiento científico como modo de trasladar al protagonista desde el "mundo real" a una situación totalmente diferente en la que ambientar una aventura con su héroe y su dama en apuros.

Pese a todo ello, La edad de la Luna es un relato superior a la media de este tipo de relatos.

El invento en cuestión es un aparato de ingravided que traslada al protagonista al pasado en la Luna. Según el relato, en el pasado nuestro satélite tuvo atmósfera, cauces, y densas selvas además de una especie de civilización escindida entre los partidarios de la tecnología y los de una forma de vida más natural. Los primeros pierden todo rastro de sentimientos y el protagonista debe ayudar a la última superviviente del otro bando, que porta en su interior una camada con la que empezar de nuevo.

A pesar de que, como ya se ha dicho, el relato parece una más de las muchas historias de aventuras que se hacían pasar por ciencia ficción, mantiene algunos detalles que lo hacen mejor que la mayoría de ellos. El tratamiento del presunto descubrimiento es algo mejor que la mayoría, ya que no es el resultado de un genio, sino el de un torpe ingeniero que descubre algo al azar sin comprender sus consecuencias (en concreto, aparenta ser un aparato de ingravided, pero ésta resulta ser un efecto secundario de una traslación en el tiempo). Por otra, aunque la menor gravedad lunar sirve para justificar la fuerza del protagonista, Williamson distingue entre gravedad e inercia, y hasta se permite elucubrar con que la atmósfera lunar, al ser menos densa, dificulta la respiración y aumenta la fatiga del héroe.

Los animales y plantas que habitan la Luna son también más imaginativos que los de otros relatos y la dama en cuestión, no es una mujer hermosa, sino que ni siquiera es humana.

Pero es sobre todo el final, muy alejado de los típicos finales felices, el que hace a este relato tan diferente del resto.

Es, pues, el ejemplo de cómo incluso entre la literatura de las revistas pulp anteriores a Campbell se podían hacer buenos relatos.