Las torres de observación
Las torres de observación | |
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Autor: | J.G. Ballard |
Otros títulos: | |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | The Watch-Towers |
Revista o libro: | Science Fantasy, #53 |
Editorial: | Nova Publications |
Fecha | Junio de 1962 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Pasaporte a la eternidad Las voces del tiempo (Antología 1984) Cuentos completos |
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Saga: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
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J.G. Ballard (1962)
Las torres de observación es un relato de J.G. Ballard, a medio camino entre la fantasía y la ciencia ficción.
Sinopsis:
Renthall es un profesor de escuela inconformista que busca la manera de provocar en sus conciudadanos una reacción que los saque, al menos un poco, del estado de languidez y cohibición en el que se encuentran.
Por toda la ciudad, cada pocas decenas de metros, se encuentran suspendidas en el aire una torres de extraña factura. Aunque nunca se han mostrado amenazadores, sus ocupantes parecen estar observando, vigilando a los habitantes de la ciudad; y en consecuencia, el comité municipal ha promulgado una serie de reglamentos e instrucciones para mantener la vida pública dentro del decoro, asegurando estar en contacto con los ocupantes de las torres.
Renthall no cree que sea cierto y ha ingeniado una estratagema para poner al Comité contra las cuerdas y quizás lograr una relajación en la sociedad: va a organizar una fiesta.
El relato:
El lector de ciencia ficción, al presentársele este curioso escenario, inmediatamente piensa en que se encuentra ante una singular invasión extraterrestre. Sin duda, esta opción hubiera dado pie a interesantes elucubraciones sobre las intenciones de estos extraterrestres, permitiendo igualmente desarrollar el tema de la autocensura cuando el ser humano se siente observado. Sin embargo, Ballard nunca concreta la naturaleza de los observadores, ni responde a la pregunta de si realmente el Comité está en contacto con ellos o no. Para el autor, las torres de vigilancia son un artefacto que apenas interviene en la narración, y su lejanía, la imposibilidad de compartir nada con ellos, otorga al relato un ambiente ciertamente onírico y algo tenebroso, más propio del género fantástico.
Unas premisas interesantes y un escenario magnífico, como casi siempre en Ballard; pero una historia con escaso recorrido.