Mamoru Oshii

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(1951 - )

Biografía:

Mamoru Oshii nació el 8 de agosto de 1951 en Tokio.

Se interesó por la creación de películas desde muy joven, especialmente impresionado por el cine de Andrzej Wajda, Yeray Kawalerowicz e Ingmar Bergman, así como por La Jetee, de Chris Marker. Con 15 años escribía cuentos de ciencia ficción. Rodó algunos cortos en 16 mm como aficionado, antes de dedicarse a la dirección de manera profesional.

Se graduó en Artes en 1976. Se unió a los estudios Tatsunoko Productions a mediados de 1977, como asistente en series como Comando G (Battle of the planets)

En 1980 es contratado por el Studio Pierrot para dirigir la serie El maravilloso viaje de Nils Holgersson. Colabora como guionista para otras series y películas.

En 1983, fue uno de los colaboradores en la implantación del OVA (Original vídeo Animation), productos de animación especialmente concebidos para su distribución en vídeo, un formato que ha tenido gran éxito en Japón. De la mano del Studio Pierrot, Oshii dirigió el primer producto en este formato, la miniserie Dallos, ambientada en un futuro en el que la Luna ha sido plenamente colonizada.

Tras algunos trabajos de experimentación, dirigió su primera película de acción real, The Red Spectacles, en 1987.

A partir de ese momento, el prestigio de Oshii fue aumentando, hasta convertirse en un director de culto tras la dirección de la aclamada Ghost in the Shell en 1995.

Su secuela, Innocence fue la primera película de animación en optar a la Palma de Oro del Festival de Cannes, en 2004.

Oshii suele trabajar casi siempre con el mismo equipo de profesionales, lo que sin duda contribuye a acentuar su marca de estilo.

Obra:

La ciencia ficción ha sido un ingrediente primordial en la carrera de Oshii: la gran mayoría de sus películas pertenecen a este género. Casi desde el principio, sus obras se han caracterizado por contener elementos oscuros e inquietantes y paulatinamente su discurso se ha ido concretando en torno a unas señas de identidad muy particulares, conformando lo que se ha dado en llamar ciencia ficción espiritual.

Ghost in the Shell, siendo la obra que el consagró internacionalmente, contiene casi todos los recursos, elementos y discursos que caracterizan su obra, un tipo de ciberpunk que no confía en la tecnología, a pesar de verla como algo ineludible. La mayor Kusanagui, protagonista de la cinta, va progresando en su despego por la realidad en la que vivimos hasta casi renunciar completamente a ella en el final, al tiempo que se cuestiona sobre su propia identidad.

El problema de la mixtificación entre diferentes realidades, una física y otra virtual, sería abordado con mayor profundidad en Avalon (2001), una producción de imagen real (aunque digitalizada), así como en Innocence (2004). La experimentación de Oshii en este aspecto aboca a sus protagonistas a perder el contacto con lo real en algún momento, y el salto entre los diferentes mundos termina pro ser tan sutil que el propio espectador no puede percibirlo de forma inmediata.

Para enriquecer (y ayudar) a la lectura de estas complejas tramas filosóficas, Oshii reparte numerosas pistas, señales convenidas con el espectador, como son el juego de reflejos o la presentación de la misma escena u objeto con diferentes variaciones para significar las diferentes realidades, el uso de maniquíes y seres artificiales para sugerir diferencias y similitudes a nivel anímico o la presencia emblemática de los perros, en especial los de raza Basset Hound, en escenas en los que ha sucedido algún cambio importante aunque imperceptible.

Los largos y densos monólogos filosóficos se han hecho, también, una marca de autoría de este director, que siempre los acompaña seguidamente de una larga secuencia sin acción ni palabras, de tono intimista, que mediante imágenes pretende ilustrar lo revelado. Estas secuencias son habitualmente acompañadas por piezas musicales de gran poesía, de su compositor habitual, Kenji Kawai, que reserva para estos momentos algunas de su piezas más melancólicas.

Otra de las características del cine de Oshii es la apertura de sus obras con una escena de acción, de forma similar a lo ejecutado en la franquicia de James Bond, que utiliza el director para sumergir al espectador en el mundo futuro que contextualiza la obra, en sus reglas internas, y que a veces nos aporta también datos previos a la trama.

Así, la estructuración y reglamentación de unas obras tan complejas son aportadas como un método de guía para que el espectador no se pierda. Y es que el cine de este director japonés no es sencillo de ver y entender, sobre todo para quienes no están previamente familiarizados con su cuerpo creativo.

Filmografía:

Televisión:

  • Yattâman (1977)
  • Kagaku ninja tai Gatchaman II (1978)
  • El maravilloso viaje de Nils Holgersson (1980)
  • Lamu, la pequeña extraterrestre (1981-1984)
  • Patlabor: la policía móvil (1989-1990)

OVA:

  • Dallos (1983)
  • Twilight Q (1987)
  • Patlabor: la policía móvil (1988)
  • Gosenzosama Banbanzai! (1989)
  • Open Your Mind (2005) (animación?)

Cine:

Premios:

Obtenidos:

Finalista: