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John Woo (2003).

Sinopsis:

Dirección: John Woo
Producción: David F. Solomon, Stratton Leopold, John Davis, Michael Hackett, Terence Chang, John Woo, Arthur Anderson (II), Caroline Macaulay
Guión: Philip K. Dick (historia oiginal), Dean Georgaris (guión adaptado), Scott Frank (reescrito)
Música: John Powell
Fotografía: Jeffrey L. Kimball
Reparto: Ben Affleck, Aaron Eckhart, Uma Thurman, Michael C. Hall, Kathryn Morris

La película:

Basada en un relato homónimo de Philip K. Dick de 1953, la historia es una muestra bastante representativa del escritor norteamericano.

En un futuro próximo (tan próximo que en la película apenas se perciben diferencias ambientales más allá de simples detalles de lucimiento de efectos informáticos), Michael Jennings es un talentoso ingeniero que vende sus servicios para hacer espionaje industrial copiando, emulando y mejorando la tecnología de la competencia.

Tras cada uno de estos servicios (ilegales) se le borra la memoria y se le paga un sustancioso cheque. La cosa no suele costarle más que un mes o dos de receurdos, hasta que un día recibe una oferta irrechazable a cambio de tres años de su vida.

Tras esos tres años, Michael se encuentra con que al terminar el trabajo a rechazado el cheque y en su lugar sólo ha pedido que se le devuelvan una serie de objetos personales sin valor aparente y que no recuerda (ja ja) como suyos.

Con esta trama, K. Dick creó una historia donde todas las piezas iban encajando meticulosamente. El último trabajo de Michael consistía en una máquina que permitía ver el futuro. Antes de dejar terminar el trabajo, Michael pudo ver lo que iba a suceder: él sería asesinado y la máquina provocaría una serie de catástrofes a modo de profecías autocumplidas (la maquina "predice" una guerra y el pais entra en guerra, provocando a destrucción). Para evitar este futuro, Michael se ha enviado a sí mismo un total de 20 objetos, cada uno de lso cuales le servirá en un instante determinado para impedir que le maten y llevarle de vuelta hasta la máquina para destruirla.

K. Dick lo hizo perfecto. No se puede decir lo mismo de John Woo, Ben Affleck y Uma Thurman.

John Woo, auqnue parezca mentira, hace parecer bueno a Steven Spielberg, cuya adaptación de otro de los relatos de Philip K. Dick, Minority Report, es mucho más fiel a sus personajes antiheroicos y a su futuro distópico.

Spielberg, así mismo, invierte en efectos especiales ahí donde hacen falta, ambientando perfectamente un entorno ciberpunk donde el individuo es verdaderamente rodeado y absorvido por la tecnología. John Woo prefiere gastar ese presupuesto en escenas de persecuciones y lucha de artes amrciales que, aunque muy vistosas, poco tienen que ver con lo que se nos cuenta.

Ben Affleck no se puede comparar Tom Cruise, aunque sólo sea por la experiencia de este último. Lo cierto es que Ben Affleck parece actuar exactamente igual haga de angel caído, joven sin futuro o ingeniero, tres papeles que en principio parecen muy diferentes.

De Uma Thurman hay que decir poco en contra de actuación, adaptada a un papel de acción sin profundidad. Tal sólo sería recomendable que comiera un poco más, pues su aspecto empieza a dar grima, parece envejecida y enferma.

El guión sobrevive a las manipulaciones de Hollywood pese a todo, y la maravilla que producen las peripecias predestinadas del protagonista tiene plena fuerza a pesar de las adaptaciones para incorporar las consabidas escenas de persecuciones.

Como ciencia ficción es casi cuestionable su inclusión en el género, pese a contar con elementos ciberpunk como el borrado de memoria (Desafío total o Johnny Mnemonic) u otros más clásicos como las paradojas temporales y la precognosciencia (tema favorito de K. Dick). Como ya se ha dicho repetidas veces, Hollywood ha preferido limitarse a hacer un producto de consumo y fácil asimilación que tratar de aportar algo más al espectador que se digne a pagar lo que vale una entrada.