Planilandia

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Planilandia
Autor: Edwin Abbott Abbott
Otros títulos: {{{Otros títulos}}}
Datos de primera publicación(1):
Título original: Flatland, romance of many dimensions
Revista o libro: Libro independiente
Editorial: Seely & Co.
Fecha 1884 de {{{Año}}}
Publicación en español:
Publicaciones(2): Libro independiente
Otros datos:
Saga: No pertence a ninguna saga
Premios obtenidos: No se le conocen
Otros datos: Título completo: Planilandia, una novela de muchas dimensiones
Fuentes externas:
Tercera Fundación [{{{URL-3F}}} Ficha]
ISFDB [{{{URL-ISFDB}}} Ficha]
Otras fuentes {{{URL-OtrasFuentes}}}
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Edwin Abbott Abbott ({{{Año}}})

Edwin Abbott Abbott (1884) (bajo el seudónimo de A. Square)

¿Ciencia ficción dura en el siglo XIX? Sí, y además, de completa actualidad. Y es que Planilandia no trata acerca de los logros técnicos del hombre situados en una vanguardia efímera, sino de las matemáticas y la física, siempre jóvenes.

Esta obra de Edwin Abbott tiene la fama (dentro del reducido círculo de especialistas que la conocen) de ser una de las primeras y más famosas (extraña contradicción) novelas de ciencia ficción. Escrita en 1884, se enmarca dentro de la literatura de sátira social y política británica cuyos ejemplos más conocidos han sido Los viajes de Gulliver (Jonathan Swift, 1726) o Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carroll, 1865). Planilandia tiene grandes semejanzas estructurales con la primera, en la forma en que está escrita como memorias, con abundantes explicaciones y con el relato de un viaje a una región extraordinaria y exótica: Espaciolandia.

La noche de 1999, en vísperas del nuevo milenio (1), el señor cuadrado, habitante de Planilandia, recibe la visita de una esfera, habitante de un mundo que apenas puede concebir y que posee, además de las dos dimensiones habituales (largo y ancho) una tercera dimensión desconocida, perpendicular a las anteriores, denominada altura.

Estas premisas, que parecen infantiles, están desarrolladas con una rigurosidad y una coherencia pasmosas, de manera que el autor plantea sin dificultades la analogía entre Planilandia y Espaciolandia y nuestro mundo y otro hipotético poseedor de una cuarta dimensión, habitada por hipersólidos.

La obra de Abbott es asombrosamente didáctica y entretenida. Hay que tener en cuenta que el autor era director de la escuela City of London School y que tenía amplios conocimientos de matemática (aunque su predilección y especialidad eran los clásicos literarios). Por todo ello, Planilandia tiene una estructura educativa formalmente envidiable, bien dispuesta y desarrollada, además de contar con un lenguaje y un estilo sencillos pero no pobres.

Es cierto que abundan las referencias a la sociedad victoriana, a la que critica con humor y sin compasión; pero su tema principal, la exploración de la multidimensionalidad, es atemporal y aún hoy en día supone una lectura refrescante y ejemplificadora de este problema para el que nuestras mentes están poco entrenadas.

Una obra muy recomendable.


(1): Resulta curioso que una novela matemática tan bien cuidada cometa el fallo de confundir la fecha de final del milenio, que no es el 31 de diciembre de 1999 sino el 31 de diciembre de 2000.