Diferencia entre revisiones de «Telepatía»

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Sin embargo, la novela que más profundamente ha tratado la telepatía (al menos desde un punto de vista psicológico) es ''[[Muero por dentro]]'' (1972), de [[Robert Silverberg]]. En este libro, su protagonista, David Selig es telépata. Su don (que él ha escondido a todos cuantos le rodean) lo ha convertido en un inadaptado [[Sociedades en la ciencia ficción|social]]. Sin embargo, este poder comienza a decaer y David se enfrenta a la posibilidad de acabar siendo estremecedoramente común.
  
No es extraño encontrar obras que defiendan la diferencia y huyan de la homogeneización a la que tiende frecuentemente la sociedad actual. La [[Fantasía épica|fantasía]] y la ciencia ficción, valiéndose como aquí de la asunción por parte del protagonista de poderes psíquicos, tiene un campo amplio para soltar la imaginación.
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No es extraño encontrar obras que defiendan la diferencia y huyan de la homogeneización a la que tiende frecuentemente la sociedad actual. La [[fantasía]] y la ciencia ficción, valiéndose como aquí de la asunción por parte del protagonista de poderes psíquicos, tiene un campo amplio para soltar la imaginación.
  
 
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Revisión de 13:11 13 jul 2011

La telepatía, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, es la transmisión de contenidos psíquicos entre personas, sin intervención de agentes físicos conocidos. La etimología proviene del griego, el prefijo tele (a distancia) y pátheia (sentimiento). Más ampliamente, se suele admitir telepatía como la supuesta capacidad de transmitir información (no sólo leerla) mediante un vínculo directo entre mentes.

Se trata de un tema habitual en la ciencia ficción, especialmente en la de los años '50 y '60.

Este fenómeno se asume en la ciencia ficción de forma análoga a cómo funcionan los encefalogramas: nuestro cerebro produce un campo eléctrico que puede ser medido. Es posible que algunos seres (los telépatas) tengan la posibilidad de captar e interpretar ese campo, leyendo así el pensamiento.

Dentro de los poderes psíquicos quizás es la telepatía el que mayor juego ha dado a los escritores de ciencia ficción, en especial a aquellos interesados en especulaciones éticas.

Hay muchos ejemplos de esto: El hombre demolido (1952) de Alfred Bester (primera novela ganadora de un Premio Hugo) retoma el argumento de Crimen y castigo trasladándolo a un mundo de telépatas. Si bien (como ya demostró Dostoievski en la obra original, o repetidamente Sir Arthur Conan Doyle con su Sherlock Holmes) la telepatía no es necesaria para desenmascarar un crimen aparentemente perfecto, Bester se vale de la misma para profundizar en la sensación de acecho, fomentando el remordimiento, sin necesidad de recurrir a extensas descripciones psicológicas.

En Más que humano (1953) de Theodore Sturgeon, la telepatía no es una más de las diferentes habilidades que posen sus protagonistas, un medio de comunicación entre partes de un nuevo todo que es el homo-gelstat.

Con un uso diferente, K. Dick recurriría a menudo al tema de la telepatía como base para sus especulaciones acerca de la realidad: Ubik (1969), Nuestros amigos de Frolik 8 (1970)...

Otros autores han añadido esta habilidad a los personajes de sus novelas con afán más o menos lúdico, intrascendente, como Ursula K. Le Guin, quien otorga la telepatía como una de las habilidades comunes del ser humano avanzado en su ciclo de Hainish, e incluso diferencia grados o tipos, al distinguir la telepatía (donde literalmente se habla con la mente y no se puede mentir) de la simple empatía (como percepción extrasensorial de lo que realmente siente otra persona).

Sin embargo, la novela que más profundamente ha tratado la telepatía (al menos desde un punto de vista psicológico) es Muero por dentro (1972), de Robert Silverberg. En este libro, su protagonista, David Selig es telépata. Su don (que él ha escondido a todos cuantos le rodean) lo ha convertido en un inadaptado social. Sin embargo, este poder comienza a decaer y David se enfrenta a la posibilidad de acabar siendo estremecedoramente común.

No es extraño encontrar obras que defiendan la diferencia y huyan de la homogeneización a la que tiende frecuentemente la sociedad actual. La fantasía y la ciencia ficción, valiéndose como aquí de la asunción por parte del protagonista de poderes psíquicos, tiene un campo amplio para soltar la imaginación.

Poderes psíquicos
Puramente mentales: Manipulación del entorno físico:
Percepción extrasensorial Manipulación mental