The Last Job on Earth

De Alt64-wiki, la enciclopedia libre.
Revisión de 21:13 17 ago 2016 por Vendetta (Discusión | contribuciones)

(dif) ←Older revision | view current revision (dif) | Newer revision→ (dif)
Saltar a: navegación, buscar
The Last Job on Earth
Ficha técnica
Título original: The Last Job on Earth
Nacionalidad: Reino Unido
Estreno 1: 16 de febrero de 2016
Duración: 2:43 min.
Ficha artística
Dirección: Moth Collective
Guión: Alistair Campbell
Producción: The Guardian
Fotografía: Animación
Música: Box of Toys Audio
Reparto: Animación
Información suplementaria
Otros datos: The Last Job on Earth en Vimeo
Imdb: Ficha en Imdb
Notas:
  1. Fecha de primer estreno. No tiene por qué coincidir con el estreno en salas comerciales o emisión en abierto; puede ser en premieres, festivales u otras formas de distribución reducida o exclusiva.

Moth Collective (2016)

The Last Job on Earth es un corto de animación muy breve (menos de tres minutos) producido por el diario británico The Guardian que consigue narrar sin diálogos un futuro en el que una aparentemente utopía (un mundo en el que las máquinas realizarán todo el trabajo) esconde una terrible distopía (los humanos no tendrán trabajo).

El corto:

El corto narra la mañana de Alice, desde que se levanta hasta que llega al trabajo. Todo su entorno es pulcro, limpio, minimalista... Mientras se lava los dientes lee las noticias en el espejo, que también es una pantalla; su baño analiza su estado de salud a través del cepillo de dientes y le concierta una cita con el médico, que resulta ser un eficiente robot que la analiza y prescribe un medicamento a medida; sale de casa y anuncios personalizados le sugieren un cambio de look; acude a su trabajo en coches autónomos mientras lee cómodamente una tablet...

Todo en la rutina de Alice parece ser idílico. Apenas se insinúan unas escenas en barrios menos favorecidos y azotados por el desempleo antes de que Alice haga volverse opaco el cristal del vehículo.

La frialdad y falta de humanidad de este escenario es remarcada por el dibujo. Aunque realizado por ordenador, el corto no es una animación 3D, sino un dibujo tradicional de líneas simples, elegantes y sencillas que con apenas unos pocos trazos y una excelente elección de las paletas de colores, tanto en los escenarios aparentemente utópicos como en los barrios pobres.

La misma música, un breve tema principal de unas pocas notas de sintetizador que se repiten en distintos tonos con variaciones, contribuye a resaltar la atmósfera de felicidad de anuncio publicitario.

El final, aunque previsible, no resta interés al corto, más bien al contrario: sirve de preámbulo a un par de citas reales que avisan del peligro de que las máquinas destruyan puestos de trabajo desarrollados por humanos.

Reflexiones:

El corto sirve como elemento de reflexión acerca del futuro del trabajo en nuestra sociedad.

La historia está llena de episodios en los que la irrupción de nuevas formas de producción supuso la pérdida de puestos de trabajo existentes: desde los telares automáticos de la revolución industrial británica a la llegada de los ordenadores pasando por la mecanización de muchos trabajos. Las grúa de obra, las excavadoras, los robots de las líneas de montaje de vehículos, los sistemas de dibujo asistido por ordenador y de cálculo de estructuras, las centralitas electrónicas digitales, los contenedores de carga y sus maquinarias y modos de transporte asociados ... todas estas tecnologías han supuesto el fin de trabajos que existían. El futuro no va a ser diferente.

El problema no es que las máquinas acaben con puestos de trabajo monótonos, repetitivos, físicamente exigentes o peligrosos. El problema es el sistema económico que incentiva que las empresas empleen a la mitad de trabajadores a jornada completa en vez de al mismo número de trabajadores a media jornada.

Si las máquinas liberan horas de trabajo en puestos desagradables la solución no es limitar o prohibir su implantación y que los trabajadores mantengan esos puestos que nadie quiere (del mismo modo que en el pasado no hubo que renunciar a las excavadoras y seguir cavando a pico y pala) sino convertir esas horas liberadas en ocio homogéneamente repartido. Este es el auténtico reto.

Como bien señala Paul Mason en su reflexión acerca del corto publicada por The Guardian, la verdadera distopía sería que, temiendo el desempleo, dejáramos pasar una nueva revolución industrial.

Enlace externo: