Out of my Brain

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Out of my Brain
Datos de publicación:
Título original: Out of my Brain. Viaje sin retorno
Fecha de publicación: octubre de 2014
Guión: Miguel Ángel Martín
Dibujo/Tinta: Miguel Ángel Martín
Color: B/N
Editorial: Rey Lear (2014, España)
Otros datos:
Premios obtenidos:
Otros datos: 104 páginas más prologo y material adicional

Miguel Ángel Martín (2014)

Out of my Brain es la obra que cierra la trilogía de Brian, el personaje más popular de Miguel Ángel Martín. Si la primera parte la conforman el conjunto de historias publicadas en las revistas Krazy Comics y en Makoki protagonizadas por un Brian niño que empezaba a mostrar sus poderes telekinéticos y telepáticos, y la segunda mostraba la etapa adolescente de Brain, en Motor Lab Monqi, esta tercera parte nos muestra a un Brian ya adulto, aún más solitario y aislado si cabe.

Argumento:

Los laboratorios de Biolab han sido destruidos en un ataque terrorista y a Brian, ya adulto, le han buscado un trabajo rutinario en una oficina introduciendo datos informáticos. Esto le permite pagar sus gastos y el alquiler de un modesto apartamento, pero su vida no ha mejorado en lo social. Más consciente que nunca de lo diferente que es, Brian nunca se quita el gorro que oculta su cráneo anómalo (Brian no tiene cráneo y su cerebro está a flor de piel), evita relacionarse con sus compañeros y, básicamente, vive en estricta soledad, añorando hacer un viaje sin retorno a la isla de Pascua.

Con la destrucción de Biolab, Brian perdió los pocos conocidos y amigos que le quedaban, incluido el mono Monqi, y la enfermedad degenerativa que ya se le manifestó en la adolescencia (ver Motor Lab Monqi) ha continuado su avance: cada vez son más frecuentes las crisis en las que Brian pierde el control de sus poderes telekinéticos o en las que pierde el control del habla y empieza a expresar en voz alta sus complejos pensamientos científicos.

El cómic:

Miguel Ángel Martín cierra esta trilogía con un final que deja escaso margen para el optimismo. Se trata del desenlace lógico de la semilla plantada en el tomo que nos contaba la adolescencia del protagonista. A medida que Brian crece en edad, han ido desapareciendo los apoyos que tenía (su madre, los científicos de biolab, otros compañeros cobayas humanos...) y enfrentado al mundo adulto, se encuentra totalmente marginado. Parte de esta marginación es autoinflingida aunque razonada (Brian rechaza las invitaciones a comer de los compañeros porque presume que están únicamente interesados en saber qué le ocurre en la cabeza, no utiliza las redes sociales porque le parecen superficiales y narcisistas...), pero en realidad se trata de una estrategia con la que trata de evitar experimentar, una vez más, el rechazo social que ha sufrido toda su vida.

Técnicamente, esta novela gráfica es coherente en estilo con la anterior (apenas se llevan dos años). La composición de página es muy ordenada, distribuida en seis viñetas básicas en las que a veces de unen dos para trazar una panorámica o una vertical. Esto, junto con el uso de una clausura de línea recta a mano, algo característico de Martín, nos sugieren la racionalidad de Brian, aunque el trazo a mano alzada confieren cierta cercanía que desmiente la frialdad.

Como siempre, trazo limpio, sin adornos, facciones y expresiones reducidas a las líneas básicas, ojos almendrados, escenarios básicamente vacíos pero en los que suele esconderse algún detalle significativo, como un guiño al lector... Y un tiempo narrativo sosegado en el que es fácil encontrar páginas enteras sin apenas diálogo, que se deleita en la narración instante a instante, creando atmósferas que contrarrestan lo emocionalmente distante con cierta ternura, una sensación de extrañamiento ligeramente dolorosa afín a la melancolía.