Altered Carbon

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Altered Carbon
Ficha técnica
Título original: Altered Carbon
Nacionalidad: EE.UU.
Estreno 1: 2 de febrero de 2018
Duración: Episodios de 50 min
Ficha artística
Dirección: Varios (Creador, Laeta Kalogridis)
Guión: Varios, basado en la novela Carbono alterado de Richard K. Morgan
Producción: John G. Lenic
Fotografía: Varios
Música: Jeff Russo
Reparto: Joel Kinnaman, James Purefoy, Martha Higareda, Chris Conner, Dichen Lachman, Renée Elise Goldsberry, Trieu Tran, Kristin Lehman, Antonio Marziale, Hiro Kanagawa, Ato Essandoh
Información suplementaria
Otros datos:
Imdb: Ficha en Imdb
Notas:
  1. Fecha de primer estreno. No tiene por qué coincidir con el estreno en salas comerciales o emisión en abierto; puede ser en premieres, festivales u otras formas de distribución reducida o exclusiva.

Varios (Creador, Laeta Kalogridis) (2018)

Altered Carbon es una serie de ciencia ficción ciberpunk basada en la novela homónima de Richard K. Morgan.

Las premisas:

La acción se desarrolla en un futuro en el que es posible trasladar la consciencia a nuevos cuerpos, de forma que la inmortalidad es, en teoría, posible. Sin embargo, las grandes diferencias sociales hacen que esta tecnología sólo sea accesible a los más poderosos mientras que el resto de la población sólo accede a ella como parte de contratos peligrosos o en condiciones de explotación (cuerpos militares, policía, burdeles que lo ofrecen a empleadas para que satisfagan fantasías de asesinato de sus clientes...).

Takeshi Kovacs es un revolucionario que ha sido capturado y liberado dos siglos y medio después en un cuerpo que no es el suyo. Este cuerpo le ha sido entregado por Laurens Bancroft, un multimillonario que quiere que Kovacs investigue un asesinato: el suyo. El anterior cuerpo de Bancroft ha sido asesinado y el chip que almacenaba su consciencia, destruido, por lo que sus recuerdos se limitan a la anterior copia de seguridad; hay una ventana de varias horas que Bancroft no recuerda y que quiere que Kovacs investigue.

La serie:

La serie parte de unas premisas sumamente interesantes y plantea un escenario magnífico para la especulación para, después, echarlo todo por la borda en un pastiche que ni siquiera llega a ser satisfactorio como producto de acción.

Los personajes son planos y estereotipados, sin desarrollo ni evolución alguna. Algunos episodios indagan en el pasado de Kovacs, pero no hay una construcción real de un personaje creíble, sólo un pasado típicamente atormentado de un personaje típicamente duro y cínico. Algunos personajes dan, de pronto, un giro inesperado; pero esto no forma parte de su evolución, sino que es sólo una faceta escondida que se revela de pronto. Estos giros tampoco son creíbles por no ser consistentes con el personaje tal y como era hasta entonces, y da la sensación de que podrían haber dado tanto ese giro como cualquier otro diferente.

Las conversaciones y actuaciones son acordes a lo que se espera de unos personajes tan torpes: rostros de gestos acartonados, poses y posturas forzadas, actitudes que revelan poco o nada de trabajo previo por parte del actor...

El guión es una colección de situaciones tópicas, anodinas y previsibles, conversaciones forzadas construidas a base de frases estereotipadas, cliché de tipos duros... La trama acumula sinsentidos, agujeros lógicos y deus ex machina para justificar giros pretendidamente inesperados y que, como en el caso de los personajes, no resultan creíbles por inconsistentes, comprometiendo la credibilidad de todo el guión.

Tampoco la fotografía, los diseños de producción o los decorados ayudan. Los espacios cerrados son demasiado pequeños, evidenciando un estudio reducido incluso en las escenas que pretenden fingir una calle. Los efectos visuales son excesivos, apabullantes, agresivos... resultan confusos y, lejos de ayudar a ambientar la trama, convierten la pantalla en un videoclip de colores histriónicos. Los planos generales de la ciudad carecen de consistencia, no se aprecia tanto un urbanismo, ni tan siquiera caótico, como una acumulación de edificios claramente artificiales.

Se trata, en definitiva, de una oportunidad desaprovechada tanto para la acción, como para la especulación, como para la intriga. Perfectamente prescindible.