El cuarto poder

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El cuarto poder
Datos de publicación:
Título original: Le quatrième pouvoir
Fecha de publicación: mayo de 1989
Guión: Juan Giménez
Dibujo/Tinta: Juan Giménez
Color: Juan Giménez
Editorial: Dargaud. Colección Histoires Fantastiques
Otros datos:
Premios obtenidos: No se le conocen
Otros datos: 62 pags.
Ficha en Bedetheque

Juan Giménez (1989)

El cuarto poder es un cómic de ciencia ficción escrito y dibujado por Juan Giménez y publicado en un sólo volumen por la editorial Dargaud en 1989.

La historia tiene un final abierto, pero no sería continuada hasta 2004, con la publicación de Morir en Antiplona, ya con la editorial Les Humanoïdes Associés.

Argumento:

La Tierra y los Krommiun están en guerra en el planeta Nebulae Alfa desde hace 162 años, un conflicto que se ha alargado hasta un punto en que ninguno de los dos bandos quiere admitir nada que no sea la victoria pese a que el planeta que se disputan, Nebulae Alfa, ha quedado reducido a un erial desértico.

Los Krommiun, aunque aparentemente son iguales a los humanos, sí que poseen algunas diferencias y los científicos de esta raza han determinado que pueden desarrollar un arma devastadora, el proyecto QB4, reuniendo en una única mente a cuatro hembras Krommiun con habilidades especiales. Ya han secuestrado a las tres primeras candidatas y sólo les resta un cuarto poder para preparar el arma.

Mega Exether, piloto de guerra de las fuerzas Krommiun es enviada a una misión trampa con otras dos posibles candidatas al proyecto, ya que las situaciones de estrés y peligro pueden favorecer la manifestación y desarrollo de los poderes extrasensoriales que los científicos están buscando. Y efectivamente, Mega sobrevive milagrosamente a una emboscada terráquea y empieza a desarrollar las habilidades que se le sospechaban.

Mega es el cuarto poder que completará el arma, pero cuando sepa que ha sido manipulada por un gobierno corrupto, tratará de rebelarse a este destino.

El cómic:

El cuarto poder es un excelente ejemplo de un tipo de cómic de ciencia ficción muy influenciado por la impronta de Les Humanoïdes Associés y su revista Metal Hurlant que se caracteriza por recrear un épica futurista, barroca y desbordante, pero también violenta y sexualizada.

La ambientación del relato en medio de una guerra intergaláctica cumple así un doble propósito, al proporcionar un motor y una excusa para la acción, las peleas, pero también por propiciar un crítica antibelicista. En este aspecto, Giménez no es condescendiente y postula claramente que la guerra en Nebulae Alfa es un sinsentido, una impostura y, en definitiva, una aberración. Las posturas de los gobiernos enfrentados -terráqueos y krommiun- son igualmente inmorales, y los gobernantes han alcanzado el mismo grado de sociopatía y corrupción. Las descripciones físicas de políticos y militares de ambos bandos no dejan lugar a la interpretación, ya que Giménez los reviste de una apariencia hasta cierto punto repulsiva, utilizando un maniqueísmo visual que guía al lector a través de las intenciones del autor.

Redondeando esta tesis, Giménez recurre a un interesante recurso narrativo: el uso de una emisión pirata, la Bluespace, dedicada a la denuncia de la guerra y que remacha la postura del autor al tiempo que sirve para poner en contexto al lector, explicándole sucintamente los precedentes del conflicto a la vez que hace un recorrido por un conjunto de sociedades, humanas y krommiun, que se intuye variadas, ricas y esencialmente formadas por ciudadanos tranquilos, un poco apáticos, un poco hedonistas, a quienes la guerra resulta algo normalmente lejano. Los paralelismos con la sociedad actual, europea y americana, son evidentes.

El formato corto -62 páginas- no permite un verdadero desarrollo de los personajes, pero la historia avanza con rapidez y claridad gracias al recurso de ciertos estereotipos que funcionan perfectamente en el relato. En la narración de los combates Giménez se muestra en su mejor elemento, con diseños impactantes y un gran dominio del movimiento. El dibujo y coloreado se muestra más cuidado que en otras obras en las que el autor tenía que entregar bajo la presión de la demanda de la periodicidad, y aunque sigue fallando algo al tratar de dotar de una personalidad propia a los rostros, el diseño general de viñeta es espectacular.

Mención especial merece el tratamiento que hace de la figura femenina. Aunque el relato comienza con tres escenas en las que tres mujeres semidesnudas son secuestradas, lo que podría evocar en el lector que alguna cumplirá el papel de heroina fantaerótica, lo cierto es que la historia da un giro oscuro, inquietante, en el que termina presentando un papel femenino fuerte que, sin embargo, aún queda por desarrollar.