Rompenieves 3: La travesía

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Rompenieves 3: La travesía
Datos de publicación:
Título original: Le Transperceneige 3: La traversée
Fecha de publicación: 10 octubre de 2000
Guión: Jean-Marc Rochette
Dibujo/Tinta: Benjamin Legrand
Color: B/N
Editorial: Casterman
Otros datos:
Premios obtenidos: Témoignage chrétien
Otros datos: 66 páginas
Continuada por Rompenieves 4: Terminus

Rochette y Legrand (2000)

La travesía es un cómic de ciencia ficción, tercera parte de la saga del Rompenieves (Rochette y Lob, 1982-1983) publicado en 2000 por la editorial Casterman.

En España fue publicado por primera vez en 2007 por la editorial Bang Ediciones, en un único tomo de manera conjunta con Rompenieves 2: El apeador.

Sinopsis:

La marcha del segundo Rompenieves es interrumpida por un sabotaje que rompe el tren en dos, momento que aprovechan los representantes del poder religioso y militar para intentar dar un golpe de mano que les libre de la molesta figura de Puig, el apeador protagonista del tomo anterior.

El golpe no tiene éxito, pero el atentado obliga a tomar una decisión difícil: abandonar la parte trasera del convoy a su suerte, desenganchar los vagones y dejar abandonados a cientos o miles de personas, con la esperanza de que sean capaces de poner en marcha la segunda locomotora y salvarse.

En esta situación, a Puig le es revelado que se está recibiendo una misteriosa transmisión vía satélite desde el otro lado del océano. Determinados a dar un propósito a los últimos supervivientes de la humanidad, los líderes del Rompenieves toman la decisión de encaminarse hacia allí, en un viaje sin retorno.

La obra:

La muerte de Jacques Lob en junio de 1999 forzó al editor del tomo anterior, Benjamin Legrand, a tomar él mismo la responsabilidad de dibujar esta continuación ya programada de la historia. El dibujo de Legrand es más tosco que el de Lob, menos poético; pero cumple con solvencia la transición, sin que la sustitución sea demasiado evidente.

La narración parte de un punto más sosegado, dedicando mayor tiempo al desarrollo de algunos personajes y detalles. No obstante, la épica de la historia, constreñida a muy pocas páginas, termina por obligar en el tercio final a volver a recurrir a la transiciones bruscas entre viñetas, escena a escena en lugar de momento a momento, que cambian totalmente el ritmo y dejan abundantes huecos en la clausura, eliminando la textura de la historia.

El final, abrupto y ausente de catarsis, parece un paso el falso, y tardaría años en ser rematado en el siguiente tomo, Terminus (Rochette y Bocquet, 2015).